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[Amor de verano – Celebración del presente – Revista Ñ / 23enero2010]

Todo comenzó igual que siempre, con una certeza y una duda. Como si la vida fuera una apuesta en la que todo lo que tenés cabe en una valija. Como si ese lugar que queda al final del viaje fuera el clima, la sensación y la razón de perderse en otro. Es como estar predispuesto a ese clima que entre todos construimos, en esa libertad fugaz a la que colocamos nombre de balneario para permitirnos los excesos, para predisponernos los cuerpos, los afectos y los goces. Viajar es traicionarse un poco.

Y que las canciones repitan los bronceados lugares comunes, los estereotipos de tríptico turístico: acá te besé para la foto, acá te dije te amo para encamarte, todo exótico y hippie con calefón. Vamos, decíme lo mismo que dice la canción, así el cuerpo sabrá qué sentir, el recuerdo sabrá qué recordar. Todos estos trofeos adornarán el box de la oficina, construyen tu imagen de fotolog y gritan desde tu nick que estás disfrutando. Los cotilleos con el grupo de amigos sólo reduplicará –exagerando- la aventura. Total, ninguno de ellos estuvo ahí.

Todo el atardecer está organizado y vuelvo a hundirme en tus ojos y otra vez ya no escucho tus palabras y me pregunto: ¿por qué durar es mejor que arder? Para mí el amor es eterno mientras dura.

Jorge Sepúlveda T.
Curador independiente

[CREDITOS]

Residencia Internacional de Artistas organizada por CURATORIA FORENSE (https://curatoriaforense.net) en colaboración con Espacio G en Valparaíso, Chile. 08 al 22 de Enero 2010.

Participan: Gabriela Aparici, Fernanda Aquere, Andrea Barrera, Aníbal Buede, Hernán Camoletto, Josefina Carón, Antonella De Ambroggi, Julia Dron, Mónica Fessel, Estanislao Florido, Camilo Guinot, María Laura Martínez, Ilze Petroni, Guido Yanitto. Mauricio Román (Espacio G) y Jorge Sepúlveda T. (Curatoría Forense).

[OBRAS]

[El amor de verano es un tattoo de hena / Fernanda Aquere]

– Desaparece en 10 días.
– No es tóxico.
– No produce dolor.
– No deja marcas.

[Calamar emocional / Andrea Barrera Mathus]

Todos los años, miles de personas se trasladan a los balnearios buscando tranquilidad, confort, aventura, descanso, y un amor fugaz. Vagan por las calles playeras; por discotecas y ferias de artesanías buscando el calamar gigante emocional, la persona que con una sonrisa y un bronceado calma la neurosis anual de oficina.

[El primer amor del primer verano / Aníbal Buede]

Nací en Concordia a fines de marzo, días signados por la despedida al verano. En diciembre mis padres tuvieron que viajar así que me dejaron al cuidado de Inge, una amiga húngara que tenía academia de patinaje. Aprendí a caminar y a patinar a la vez como si fuera lo más natural.
Cuando volvieron a principios de marzo Inge ya estaba enferma. Se regaló a sí misma una última función de los alumnos de su academia. A mí me pusieron un moño negro y un chalequito floreado, el único detalle que empañó mi número fue que me resistí con todas mis fuerzas a dejar la pista.
Murió el día de mi primer cumpleaños. Nosotros nos fuimos a vivir a Buenos Aires.
Mi vida transcurre diseñando estrategias para recuperar esos amores de verano que el tiempo me va quitando. Todas han fracasado, una por una.

[Que el sol no nos sorprenda dormidos / Hernán Camoletto]

Noches que exceden la salida del sol. Días de varias lunas. ¿Puede, acaso, imaginarse un estado más químicamente puro que el que se nos revela como puro presente?
En este juego no se gana ni se pierde porque la apuesta es lo que sucede. No hay búsquedas ni peticiones.
La felicidad es la celebración de la ninguna cosa que la sustenta. John Cage dixit.
La felicidad es este amor de verano.

[Amor de verano / Josefina Carón]

Roberto, Pedro, Juan, Diego, Hugo, Paco, Luis, Mónica, Bruna, Valentina, Lucrecia, Micaela, Vicente, Amanda, Ariel, Santiago, Facundo, Graciela, Matías, Matilda, Jacinta, Lucas, Raúl, Selva, César, Cándido, Fabricio, Guillermo, Héctor, Walter, Mariano, Alan, Brian, Jésica, Carlos, Carolina, Sebastián, Carina, Cacho, Adrián, Cristian, Tatiana, María Pía, Celina, Romina, Alejandro, David, Paolo.

[Amor de verano / Antonella De Ambroggi]

Estoy perdiendo imagen a tu lado / sé que parezco un tonto enamorado / porque no te mereces mi cariño / me quieres engañar igual que a un niño / Estoy perdiendo imagen a tu lado / me pasa por estar enamorado / la culpa es mía, / yo te creía y me equivoqué / Estoy perdiendo imagen a tu lado / se que parezco un tonto enamorado / porque no te mereces mi cariño / me quieres engañar igual que a un niño / ¿Por qué mi amor nunca fue correspondido? / ahora mismo trataré de olvidar… / Estoy perdiendo imagen a tu lado / me pasa por estar enamorado / la culpa es mía, / yo te creía y me equivoqué / ¿Por qué mi amor nunca fue correspondido? / ahora mismo trataré de olvidar…
[Canción de Palito Ortega]

[Amor de verano. Atardeceres y amor / Julia Dron]

El enamorado contempla a su enamorada. En la contemplación se encuentra el encantamiento. Ellos dicen: caminemos de la mano y miremos el atardecer juntos, en el mar. El agua nos envuelve, nos acapara, somos sólo nosotros dos. Según Barthes en Fragmentos de un discurso amoroso “el rapto amoroso (puro momento hipnótico) se produce antes del discurso”.  Los enamorados miran el atardecer y dicen: Veamos como el sol muere. El amor de verano nace y muere como el atardecer, es efímero, vivido y contemplado. Hay una instancia de detenimiento del tiempo, te miro a los ojos porque encuentro bello compartirnos. Miro el mar y lo contemplo. El viajante contempla el paisaje, el mar y en el amor comparte esta contemplación.

[Recuerdo de un amor de verano. Valparaíso 2010 / Mónica Fessel]

En las playas soleadas de Valparaíso y en sus cerros coloridos, no es difícil encontrar el amor, puesto que está impregnado en el aire. Esta postal llena de corazones ardientes pretende recordar ese encuentro amoroso y fugaz. Te mando la postal porque quiero que sepas que me acuerdo de vos (por eso te mando la postal) y quiero que veas el maravilloso lugar adonde estoy (sin vos pero recordándote).

[Valparaíso Cuerpo y Alma / Estanislao Florido y Guido Yannitto]

VALPARAÍSO, / qué disparate / eres, / qué loco, / puerto loco, / qué cabeza / con cerros, / desgreñada, / no acabas / de peinarte, / nunca / tuviste / tiempo de vestirte, / siempre / te sorprendió / la vida, / te despertó la muerte, / en camisa, / en largos calzoncillos / con flecos de colores, / desnudo / con un nombre / tatuado en la barriga, / y con sombrero, / te agarró el terremoto, / corriste / enloquecido, / te quebraste las uñas, / se movieron / las aguas y las piedras, / las veredas, / el mar, / la noche, / tú dormías / en tierra, / cansado / de tus navegaciones, / y la tierra, / furiosa, / levantó su oleaje / más tempestuoso / que el vendaval marino, / el polvo / te cubría / los ojos,/ las llamas / quemaban tus zapatos, / las sólidas / casas de los banqueros / trepidaban / como heridas ballenas, / mientras arriba / las casas de los pobres / saltaban / al vacío / como aves / prisioneras/ que probando las alas / se desploman. / Pronto, / Valparaíso, / marinero, / te olvidas / de las lágrimas, / vuelves / a colgar tus moradas, / a pintar puertas / verdes, / ventanas / amarillas, / todo / lo transformas en nave, / eres/ la remendada proa / de un pequeño, / valeroso / navío. / La tempestad corona / con espuma / tus cordeles que cantan / y la luz del océano / hace temblar camisas / y banderas / en tu vacilación indestructible. / Estrella / oscura / eres / de lejos, / en la altura de la costa / resplandeces / y pronto / entregas / tu escondido fuego, / el vaivén / de tus sordos callejones, / el desenfado / de tu movimiento, / la claridad / de tu marinería. / Aquí termino, es esta / oda, / Valparaíso, / tan pequeña / como una camiseta / desvalida, / colgando / en tus ventanas harapientas / meciéndose / en el viento / del océano, / impregnándose / de todos / los dolores / de tu suelo, / recibiendo / el rocío / de los mares, el beso / del ancho mar colérico / que con toda su fuerza / golpeándose en tu piedra / no pudo / derribarte, / porque en tu pecho austral / están tatuadas / la lucha, / la esperanza, / la solidaridad / y la alegría / como anclas / que resisten / las olas de la tierra.
[Poema: Pablo Neruda / Fotografía: Mónica Fessel]

[Haikus de verano amatorio / Camilo Guinot]

I
Amor felino
recorre el recinto
alguien lo saca

II
Dedos sobre piel
acuosa jalea, ya!
Nada importa

III
Fija la foto
lo que amor esquiva:
es un tesoro

IV
Llega la noche
lejos, estrellas blancas
cerca, las llamas

V
Pisco y risas
la niña fantasea
nadie la toca

VI
Gaviotas vuelan,
en la noche son grises.
Quietud de fondo

VII
Nube en celo
horada la arena
los perros aman

[Lo hicimos en la cocina. El siempre me da / María Laura Martínez]

Los amores, dilema existencial, no los quiero de verano los quiero de trecientos sesenta y cinco días. Los quiero con mimos y besos; amores en distintas posiciones, completos.
Amores para la conchita y para el alma.

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