El estado de vacÃo que se propone como punto de partida para la creación, permite reconectarse a través de los sentidos. Se acrecienta la percepción, un silencio se instala, receptáculo virgen que contiene un mundo interior infinito.
…Y la soledad, presente como estado original del ser.
Paraná, tibio como el vientre de una madre
Tibio como la sangre que calienta mi cuerpo,
Tibio como el suspiro que brota de este encuentro.
En la superficie, el viento seduce mi piel,
Coquetea con mis cabellos,
Me recuerda que existo,
Un instante en el que todo cobra sentido,
Somos uno.
Aunque nos regodeemos en las diferencias que la razón a través de las palabras busca interpretar, todo se reduce a ser; desde la trascendencia de lo conocido, la razón, la memoria, las pre-concepciones del mundo, hasta llegar al otro, a partir de ese manantial desde donde brota la fuente del misterio que amorosamente nos envuelve a todos.
¡Me siento viva!
Gracias.