BUENISSSIMO INTERVIENE EL MACRO
Equipo Curatorial : Ilze Petroni – Diego Guerra
el macccro está buenisssimo
Tras los años de plomo marcados por el reinado de terror de Marcos López Rega, la reconfiguración de las relaciones entre arte y polÃtica se vio atravesada por diversas tensiones, propias de su condición liminal y las prácticas de negociación en el campo expandido.
La renuncia a las grandes narrativas y las pretensiones unidireccionales de la vanguardia, inclinándose más bien por una búsqueda de lo Ãntimo, lo pequeño, aquello que remite al universo de la infancia y los pliegues de lo cotidiano. La hoja de cuaderno, materiales como los lápices de colores, el afán por el hacer mÃnimo, la sensibilidad a flor de piel. Una de las huellas del posmenemismo fue el retorno a una militancia que habÃa quedado soterrada y que retomó la articulación entre arte y polÃtica o –como la denominara José Fernández Boga en La puta que vale la pena estar vivo: renegociaciones entre arte y polÃtica después del 2001– el “artivismo†como una nueva forma de compromiso polÃtico del arte tras la caÃda de los grandes relatos de la representación.
En ese contexto de retorno de los micros, la propuesta renovadora del colectivo Buenisssimo retoma lo macro trasponiendo el espacio fÃsico de lo que denominamos arte para –en la mejor y más refritada tradición de los vivo-ditos de Greco, el accionismo vienés y toda la sarasa performativo-conceptual aparecida de 1965 en adelante– retomar aquella pregunta del “¿esto es arte?†que Marcel Duchamp agitara como una bandera desde los años dorados del Armory Show. La muerte de lo objetual se presta, en la polémica terminologÃa de Roberto Jacoby, a toda clase de “pelotudeces carentes de toda relevancia, salvo que me sirvan a mà para rascar alguna presencia mediática que me infle el precio de mercado†. Más allá de la dureza de los términos, lo cierto es que los chicos de Buenisssimo –artistas de la escena emergente, ganadores de Curriculum Cuatttro 2010 y promisorios ñoquis de la Beca Rogelio Kuitca– no temen al desafÃo que implica la transversalidad, la desaparición del autor individual y el borramiento de las fronteras que separan el arte y la vida.
Esto último se logra a través de un proceso tan simple como eficaz: se trata de señalamientos en puntos estratégicos de la estructura edilicia del Museo, que ponen en cuestión, con agudeza, las categorÃas con las que organizamos el cúmulo de experiencias que jerarquizan las construcciones de poder propias del constructo ideológico generado por el proceso de gestación de las bases de legitimación de la modernidad. “Unos boludos importantesâ€, comentó recientemente el propio Jacoby al preguntársele su opinión sobre el trabajo de sus jóvenes colegas.
No obstante, también debe citarse las palabras con que ha definido su trabajo el influyente teórico Ãtalo-chileno Benny Wisin, curador de la Trianal de Santiago en cuyo texto de catálogo concluye que “en sÃntesis: estos weones, enchufan†.