“Solo la cultura del respeto nos impide percibir como una tragicomedia del absurdo el fervor con el que los creyentes de una religion extrana siguen su culto.” (“La risa de la muchacha tracia. Una protohistoria de la teoria.” Hans Blumberg)
Este fagmento lo encuentro despues de una enriquecedora conversación que tuvimos anoche en la residencia, un largo debate sobre lo que consideramos indigencia y como abordarlo desde el arte sin llegar a convertirnos en asistencialistas.
Si la indigencia fuera una religion, me preguntaría cual seria una postura de respeto frente a ella por parte de los que miramos desde la otra vereda. El extrañamiento de esa otredad tiene como primera reaccion el rechazo. Personalmente me arriesgo a contestar que es la mirada y el tratar de no invadir sus individualidades, el lograr una conexion con el otro despojándonos de prejuicios, preconceptos. De todas formas este es un ejercicio que cotidianamente deberiamos afrontar con todas las personas que nos rodean.
A su vez me cuestiono si esa tragicomedia tendría como guión las conversaciones que entre ellos mismos tienen. Palabras a las cuales tenemos muy poco acceso debido a que no podemos, aunque nos esforzemos, ponernos en el lugar de indigentes.
Sin embargo, no abordaria la indigencia desde la tragicomedia, si la indiferencia y sobre todo desde lo absurdo.
Como paso de baile: el rechazo, el alejamiento. Como escenografia: objetos transparentes (remitiendo a una idea que me quedo grabada de la conversacion de anoche y es que los indigentes ya se convirtieron en objetos invisibles a los tanseuntes cotidianos.) Como guión diálogos inconexos que no dialogan, sino que suenan simultaneamente como capas sonoras, mezclándose con ruidos urbanos. Por cierto, ¿la indigencia tambien se da en zonas rurales?
“La mayoria de las veces la teoria domesticada no nos permite mirar en medio de nuestro mundo, porque se ejercita en departamentos estancos, tan semejantes a los de nuestras burocracias que se confunden con ellos. Pero tambien la seriead profesional acredita lo no disimulable en las formas de comprotamiento de la teoria como componente de una realidad que depende de tantas condiciones existenciales desconocidas que hace que pertenezca a la forma y sabiduria de vida no reirse, mejor, de lo extraño.” (“La risa de la muchacha tracia. Una protohistoria de la teoria.” Hans Blumberg)