León le Greiff camino en este barrio de La Candelaria, dijo que se jugaba la vida por un ramillete, dijo también que el recuerdo era un veneno, habló de una boca henchida, de un mar no visto, y yo antes de ayer no sabía siquiera deletrear el nombre. León de Greiff, quién es, quién fue León de Greiff, quién desde un espíritu modernista logra romperme la noche y dejarme pensando todo el día, todo el rato, en la fuerza de esas imágenes. Son las visiones que emergen de esa embriaguez que me producen sus poemas, comienza una suerte de inundación, las visiones producto de este descubrimiento suplantan mi mirada sobre Bogotá. Pienso también en la posibilidad realizar una lectura experimental (como me cuenta Arlen que hizo un amigo poeta de Medellín) de la oba de poeta como León de Greiff, que componía poemas con instrucciones musicales. Ahora cada vez que camino por Bogotá, por estas calles numeradas, entrecruzadas de calles y carreras, pienso en Le Greiff y repito desmesuradamente:
Juego mi vida, cambio mi vida,
de todos modos
la llevo perdida…