Los coordinadores de las tareas de mantenimiento culturales me contaron que primero de todo se ocuparon de ayudar a un mosquito que estaba solo intentado bajar un tobogán acuático y que si no lo hubieran ayudado estaría ahora sumergido dentro del agua.
Luego de esta acción recorrieron el espacio y colaboraron en un proyecto que consistía en tapar un agujero muy profundo que había en el piso, tirándole latas de cervezas usadas de manera que cada uno que pasara ayudaba a compactar las latas.
También se ocuparon del proyecto que consistía en apilar la cantidad de sillas necesarias en la calle hasta que un viento las tire abajo e interrumpa momentáneamente el tránsito.
Por último recolectaron del lugar todos los cargadores de las computadoras portátiles y los tiraron dentro de la piscina.