El décimo dÃa… PodrÃa enumerar una serie de actos que han ido sucediendo dÃa a dÃa en esta “Casona Solariega”: sonidos de diversos pájaros, que se van haciendo familiares, aromas, algunos indescriptibles, como cuando el sol calienta las hojas de la higuera… las charlas amenas con Alicia, la Mamá de este lugar, el descanso de Armando, el jardinero, el que da más encanto a las flores.
Acercándonos al mediodÃa, nos dirigimos al Museo Histórico donde se hizo entrega de la obra MACVill, que dejamos formalmene a la gente de Villa Alegre como huella de nuestra presencia, “micro-obras ” de cada uno, que se fusionan en una maqueta que representa un posible museo de un llamado arte contemporáneo.
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