Avenida de los naranjos con viñedos a sus costados. Ciruelos, nÃsperos, enredaderas, flores, aromas deliciosos.
Barrios de casas nuevas, blancas, impecables, una al lado de la otra y el contraste de encontrar a cada paso paredes resquebrajadas y edificios destrozados.
Me saludo con algunos lugareños, me piden fotos. Son muy amables. No dejo de percibir en los ambientes como alegrÃas arrebatadas, como destrozadas bajo los escombros de aquel terremoto que todavÃa persisten en las veredas de la villa.
Regreso de mi paseo en bici y me entusiasma encontrarme con los artistas que arribaron a la Casona. No nos conocemos todavÃa. Apenas recuerdo sus nombres.
Qué dirá hoy Gran Hermano?