“La tierra que me sostiene, me sostiene sin que yo me inquiete por saber
qué es lo que sostiene a la tierra.†(Levinas)
El dÃa domingo por la tarde llegué a Villa Alegre.
Camino a la Casona Solariega me pude dar cuenta que habÃa muchas casas deshabitadas, algunas sin techo, otras con grietas en sus paredes. Se trataba de un terremoto que afectó a la comunidad un año atrás.
Al llegar a la Casona conocà a Ilze, Jorge, Amanda, Vicente, Alicia y Jorge.
“Tomamos la once” modismo chileno que se refiere a “merendar”.
En la noche presencié un leve temblor, me advirtieron que la tierra sacudÃa a Villa Alegre bastante seguido. No me asusté.
Al dÃa siguiente salà al pueblo en bici y pude apreciar la belleza del lugar, naranjos, flores, árboles muy grandes, en fin… un sitio bastante colorido.
A pesar del terremoto que sufrieron los villalegrinos y la necesidad de la gente por recuperar sus hogares, el sitio es ALUCINANTE.
Los residentes empiezan a llegar; la convivencia empieza, los Villalegrinos nos reciben.