Con su tono melodiosamente británico, Camilla (inglesa de nacimiento, nómade de condición) entra a la cocina y me dice: “Me regalaron esto. ¿Qué hago?”.
El mate –como a veces las obras de arte en una exhibición – se cura antes de ponerse a disposición. El procedimiento: yerba ya usada en cebadas anteriores se vierte dentro, dejándose reposar aproximadamente una semana. Si la yerba se seca, va vertiéndose un poco de agua periódicamente, hasta alcanzar el plazo señalado.
Nuestro primer día de residencia prometió la incertidumbre de esa alquimia. De experiencias pasadas y confabulaciones futuras.
El sabor del nuevo mate: expectativa y curiosidad, hasta que se ceba por primera vez