Una casa fascinante, luces y sombras, el adobe y los postigos de color. Casa de campo, jardÃn de flores. Llegué muy de madrugada, a las 4:30 al cruce de Villa Alegre, un poco nerviosa, pero tras una llamada a Jorge e Ilze rápidamente estaba cómodamente en un auto, luego en una cocina con un cafecito y finalmente en una cama tibia. Ese dÃa llegó Olga e hicimos nuestra primera caminata al centro del pueblo, al dÃa siguiente ya éramos un grupo más grande llegando hasta el mural que diseñaron el año pasado. Siempre muy observados. Me impresionan los rastros del terremoto del año pasado.
Ya estamos casi todos, nos contamos cosas. A la tardecita comienza la agenda programada: la inauguración, donde están invitados los vecinos y autoridades. No conozco a la gente que llega, pero presiento una timidez similar a la mÃa. Se acerca un grupito y nos saludamos y no se cómo pero ya estamos charlando amigablemente.