Estoy en Chile, la residencia forense con Jorge y Ilze. Estuve tan triste esos días que pensé en volver a São Paulo y olvidarlo todo.
Ahora estoy feliz por no ter lo hecho.
La casa tiene 150 años en medio a flores y viñas y con las grietas de lo último terremoto del 2010.
Los artistas son siempre artistas y más te hablan y escuchan qué te juzgan. Y eso es bueno porqué si uno tiene aja sus ideas no lo ve nada que se pasa a su frente. Ahora escucho.