Vita Magna Est
Inscripción del escudo
de cigarrillos LIFE
Metáforas aparte, A LA LIFE es una permanencia en la calle de dos artistas visuales que salen de las relaciones eficientes que cotidianamente se construyen con la ciudad, con las personas que las habitan y con las construcciones sociales que las hacen manejables simbólicamente.
En estricto rigor este recorrido es la anulación del privilegio construido por la obra y la carrera, otra forma de decir «artista es cualquiera», es la precarización en al menos dos sentidos: por una parte es la renuncia (provisional) a los medios que facilitan las decisiones (y que determinan los resultados). Por otra parte es la utilización del cuerpo y su traslado como única herramienta necesaria de la obra.
Esta suspensión de los privilegios sólo es posible entre quienes (re)conocen claramente su lugar y su posicionamiento en la escena artística, es decir, esta situación sería imposible como obra de no ser por un pasado que lo constituye como hecho artístico, sólo el que ha sido designado / considerado como artista puede resignificar con su presencia los actos cotidianos de los transeúntes.
Sin embargo, y simultáneamente, se construye un registro fotográfico y de video que posteriormente lo convertirá en objeto de arte, que referencia la acción y la convierte en memoria organizada. Esta dualidad acción/decisión instituye dos momentos, haciendo innecesaria la pregunta de «donde está la obra»: la obra está escindida / hay dos obras: una es la acción que se desvanece en el mismo momento en que se realiza y la otra es la construcción inevitablemente narrativa del registro.
Pero cuidado! El lenguaje que perdura, el que posibilita la historia y permite la arqueología es el del documental: la superposición de los criterios de edición por sobre la aleatoriedad ineficiente de la secuencia que sigue en su recorrido. Hay un riesgo ahi: que una obra tome el lugar de la otra, que se imponga y predomine.
Algo similar ocurre con quienes han deseado ver citados sus referentes en A LA LIFE, como, por ejemplo, ver a los artistas simulando a El Divino Anticristo. Eso es el viejo deseo de ver la realidad representada con sus mitologizaciones simplistas y sus romanticismos dulzones. Pero si hay algo común entre ambos (la obra y el Divino): el proceso, la toma de decisiones sobre la marcha y con la construcción a cuestas.
¿Y por qué aparecen en Galería Bech / Matucana 100 o en Avda. Kennedy? Por que es parte de la ciudad como cualquier otra y por que es recorrida por personas con un oficio particular pero como cualquier otro. El vagabundo no es el abandonado de la sociedad, es el abandonado de sí mismo que se oculta, se camufla, pero que se apunta con el foco: decide, (re)significa y (des)prestigia todo lo que él circula.
Jorge Sepúlveda T.
Curador Independiente
Santiago de Chile, Febrero 2006
A LA LIFE es una permanencia de 1 semana en las calles de Santiago de Chile realizada por Francisco Papas Fritas & Jack Poi entre el 31 de Diciembre 2005 al 6 de Enero 2006.
Jack Poi acampando en Avda. Kennedy
Papas Fritas durmiendo en un banco de plaza.
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– Diario de A LA LIFE
– Opiniones y comentarios sobre A LA LIFE
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[…] Los ultimos 5 años pasan desde Hoffman’s House a los indigentes de Máximo Corvalán, de las Performances de Leppe en Museos y GalerÃas a A LA LIFE: esto implica un traslado pero también una renuncia. Las condiciones, reconocimientos, permisos y contraseñas que se requieren para hacerse aceptar por un padre rÃgido y sobre-reglamentado han hecho que los artistas deseen ser huerfanos. […]
yo conoci a esos minos en la calle!! me encantan son tan locos
besos