Texto para la ponencia durante el
Simposio 1, 2, 3 por los artistas y todos sus compañeros
9 y 10 de noviembre 2018. Puerto Vallarta / San Pancho (México)
organizado por Residencia Lilha.
Nuestra confianza también es nuestra decisión: juntos podemos construir la libertad, la capacidad de colaboración y la inteligencia colectiva. Juntos podemos desafiarnos, vulnerarnos, contenernos y potenciarnos.
Para eso decidimos usar las capacidades políticas y críticas que habilita el arte contemporáneo (la forma en que la disidencia revisa y actualiza el consenso de la cultura), pero también su capacidad de generar conocimiento conjunto e imaginario social. Para eso decidimos entender cómo se encuentra enraizada la reproducción convencional en las prácticas que llamamos innovadoras, escapar de la reparación de la falencia y de la retribución compensatoria para producir otras lógicas de convivencia. Asediados siempre por la pregunta ¿es posible hacerlo?.
Nuestra primera intuición era difusa. A mediados de 2009 vimos ante nosotros -en las personas y las acciones- ciertas coincidencias que excedían el campo intelectual, la economía y el mercado de arte. Esas coincidencias constituían nuevamente un deseo efectivo de modificación material de la realidad. Habíamos encontrado el espacio que para nosotros exigía pragmáticamente al conocimiento, poniéndolo a prueba, poniéndolo en práctica, y generando más conocimiento.
Descubrimos que muchas de nuestras intervenciones iniciales realizadas en las residencias reproducían (o participaban) de estructuraciones sociales conservadoras, neoliberales y capitalistas: hacer del trabajo con comunidades una forma de turismo cultural, implementar la superposición de un imaginario sobre otro, configurar la rentabilización del capital simbólico, y un largo etcétera basadas en las nociones de patrimonio, patriarcado, emprendedurismo, hetero-compulsividad y jerarquías de conocimiento.
Estas estructuraciones prexistentes demuestran una eficiencia administrativa impresionante, pero también predeterminan las relaciones entre las personas en las comunidades, de los artistas con la comunidad, estereotipando y homogeneizando (conceptual y materialmente) lo que pretendemos libertar, a través de la generación de complicidades, co-laboraciones y afectos.
¿Es posible superar estas predeterminaciones? y si es posible por lo menos intentarlo ¿cómo hacerlo?. Para ello identificamos tres conceptos fundamentales: Comunidad, Involucramiento y Aprendizaje. Cada uno de estos conceptos definiría simultáneamente una capacidad y una dinámica. Son acciones y ejercicios, por lo que deben usarse como verbos y ser ejercidos.
Estas 3 capacidades-dinámicas se sincronizan y determinan lo que llamamos Comunitario: el deseo recurrente de la mutua afectación y la complementación demandante entre individuos y agrupaciones espontáneas. Lo Comunitario es un equilibrio inestable cohesionado por el Afecto Societal y tensionado por las diferencias ideológicas.
El Nomadismo sería entonces la capacidad (y la dinámica) que permite a esta sincronización relacionarse con otras, con el afuera, con lo que no ha sido sincronizado. El nomadismo es la capacidad recurrentemente ejercida de entrar y salir de lo comunitario, de infiltrarlo de otros órdenes, de contrastarlo con otros equilibrios posibles que han sido experienciados en otras comunidades.
Este intercambio no puede ser un hecho aislado y único. Es un ejercicio de flujo -entre lo establecido y lo que está por establecerse- que debe ser ejecutado continuamente, con el suficiente coraje para soportar su inevitable resistencia (del sentido común, por ejemplo) y con la suficiente inteligencia para entender cuando esta resistencia es razonable y justa.
Sabemos que hay cuestiones que precisan permanecer constantes (lo Comunitario, y la relación entre lo Comunitario y lo nómade) que deben ser cuidadas en las intervenciones. Debemos ser capaces de identificar que hay cuestiones variables que requieren un procedimiento similar a lo que en el fútbol brasileño se llama jogo bonito (eficiente y atractivo), que reconoce coincidencias de intereses y recurrencias que hacen deseable y necesaria su reiteración. Que seduce, mantiene el interés y es capaz de mostrar otras satisfacciones posibles y otras rentabilidades (para los individuos y la comunidad).
Nuestro programa de trabajo de Arte con comunidades, que llamamos de Arte y Procesos Sociales, propone la coordinación de múltiples intereses a través de la proposición de dinámicas de trabajo, diagnóstico y revisión del imaginario en uso (en la comunidad y en el campo), habilitación y reestructuración de espacios de uso público como también de cuestiones que atraviesan lo individual en relación a lo colectivo, como la producción de subjetividad y de ciudadanía, procesos de aprendizaje y de relación con lo otro, con los otros.
Por todo esto que venimos describiendo sólo es posible hablar de continuidad en tanto el producto y la consecuencia de un esfuerzo sostenido, propositivo y político, que sea capaz de integrar acciones esporádicas en una revisión de las consecuencias de su ejercicio, de los vínculos y relaciones que establece. Así es que conjuntamente creamos un marco conceptual que se materializa en actos, que intenciona nuestras acciones para repensarnos, para exigirnos un lenguaje acorde a las modificaciones que esperamos.
En las residencias hemos visto surgir una continuidad, aquella que es la indagación, la propuesta material y la revisión crítica. Construir la necesidad en las comunidades de repensarse ante la evidencia de ciertas hegemonías, en producir una necesidad de satisfacerse en otros modos.
Esto lo vemos posible cuando el arte contemporáneo es considerado un ejercicio donde lo contingente es material y acción. Un arte contemporáneo donde lo socialmente comprometido reside en que seamos valientes construyendo espacios de libertad, y simultáneamente, donde la cohesión nos hace fuertes y la tensión nos hace inteligentes.
Jorge Sepúlveda T. y Guillermina Bustos.
Uberbau_house + Curatoría Forense Latinoamérica
San Francisco Nayarit (San Pancho) México – noviembre 2018.
Este artículo está basado en la experiencias realizadas en conjunto con gestiones autónomas y comunidades de Latinoamérica durante las 7 versiones de la residencia SOCIAL SUMMER CAMP (2010 a 2016. Villa Alegre, Chile), las 2 versiones de la residencia COMUNITARIA (2016 y 2017. Lincoln, Argentina), y las residencias OBRA PÚBLICA (2016. Villa Alegre, Chile), INSIDEOUT (Julio 2011. Boiçucanga, Brasil) y DE USO PÚBLICO (febrero 2012. Quito, Ecuador).
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