Finalmente llegué a Morelia. En el camino, una de las casetas estaba tomada por los estudiantes de una normal, el país está en llamas.
En Morelia se está presentando el Festival Internacional de Cine. Olvidé mi pipa en la ciudad y mientras me encontraba a Ilze y Jorge y el resto de los participantes en la residencia me dediqué a buscar una pipa. Me encontré una muy buena tallada por 20 pesos y más tarde, en otro puesto, una de impresionante diseño como de la Bauhaus por 60 pesos.
Resuelto el problema de la pipa logré encontrarme con todos los participantes y comenzó la presentación de los portafolios. Me llamó la atención que muchos artistas utilizan ahora los hilos y las telas estampadas de diversas maneras al igual que yo. Es como un anti-Walter Benjamin generalizado: un elemento de la producción en serie se hace objeto único.
Por la noche fuimos a un restaurante de cocina de autor y vimos allí a Quentin Tarantino.
Algunos participantes son enigmáticos y otros no.
Una de las artistas Venezolanas se comenzó a sentir mal y ya no pudo mostrar su trabajo.