Pensaba que esta semana extrañaría los golpes de la función sabatina de box.
Me gusta la adrenalina descargada, el buen deporte, cómo se hace notar el rigor del entrenamiento, la destreza, la técnica en los movimientos… los ritmos.
Peleas de campeonato: 12 rounds, peleas de siempre, 10 rounds; media hora segmentada, público que pierde todo pudor viendo gente golpeándose… mucho sudor, muestras de poder, gritos, insultos, todo dispuesto en un cuadrilátero, plano o tridimensional, dependiendo del ángulo desde el cual lo ves… hasta vivencial si te ubicas en primera fila.
Pero bueno, sin televisión durante la residencia… no veré la función.
Sin embargo, creo que algo me parece familiar entre mi afición por el box y la práctica artística contemporánea… no lo sé…
Reflexionaré este tema en la cama, mientras reposo de senda caída al más puro estilo knock-out que sufrió Pacquiao…