I. SÃndromes agudos y variados pos-Villa Alegre
– Tendencia a arrecochinarse en los vehÃculos.
– Sensación persistente de estar en un set de filmación.
– Despertar sintiendo que se está en una habitación llena de personas.
– Apuro desmedido en llegar al baño versus quedarse esperando tras la puerta de un baño vacÃo.
– Dificultad en desprenderse de ciertos materiales de trabajo utilizados como anotadores, PC o netbooks, cámaras, filmadoras, maquetas, chacones, y/o adobe.
– Alucinaciones auditivas de las cantoras del alba.
– Delirios persecutorios con zancudos gigantes.
– Renovación de votos al arte contemporáneo.
– Obsesión por ponerle carteles a las cosas y los lugares.
– Ataques de pánico ante los sonidos del propio celular.
– Tendencia obsesiva por resetear la conexión de internet.
– Impulso de canto ante todo aparato electrónico que incorpore “mic”
– Empezar una serie micro para la nueva donación al MACVill.
II. Trastornos de alimentación
– SÃndrome de abstinencia de vino chileno en botellas varias…
– Desear que el tomate tenga sabor a tomate.
– Comprar Sprite y agregarle granadina o en desesperación agregar colorante rojo prohibido a la 7 Up, con la esperanza de que se transforme en Bilz.
– Tomar pan francés y darle la forma de pan amasado, creyendo que asà será lo mismo.
– Compulsión por agregarle sal a la manteca y no lograr el sabor deseado.
– SÃndrome de abstinencia al chancho en piedra.
– Esperar la hamburguesa mientras se desayuna con panes chilenos.
– Mirar el pan seco de reojo e imaginarlo con sÃndrome de abstinencia: mmmm a vos te dejó tu media naranja, ¿no?
III. Desórdenes de extrañeza
– Extrañamiento de que todas las personas de tu entorno ahora hablen con el mismo acento…
Extrañar…
– Amanda diseñando (rediseñando) trajes para Mono.
– Mono camarógrafo.
– Mono (solo Mono).
– No encontrar a Vicente que te despierte la sonrisa del dÃa…
– Vicente dando vueltas por el patio y la casa; encontrarse con él.
– La piscina (pelopincho) redonda.
– Uno, dos, tres… ASEAUN!!!
– Plumas, purpurina (brillantina), papel metálico… por todos lados.
– La costumbre de poner una mesa con tanto esmero.
– Ya no tomar mate en las tardes y volver al café.
– Conversar con Don Jorge y Alicia bajo los frescos corredores de la Solariega
– Las atenciones de Hortensia y Sara, ¡SE PASARON!
– No cocinar…. ¡Gracias Hortensia y Sara!
– ¡Los cantos de Guadalupe y Julia!
– Sentirme desvestido al no tener ahora todo el dÃa un abrigo puesto encima.
- Despertar y no encontrarme con la grata mirada de cada uno de ustedes dándonos los buenos dÃas en múltiples acentos.
– Esperar que nuevo invento, obra o locura (que es lo mismo a la final) se nos ocurrirá en colectivo para enredarnos voluntariamente la vida.
– Que tu dormitorio ya no se transforme en las noches en una taberna bohemia… JULLISS I NEED YOU.
Extrañar…
– El aire fresco de la noche (y la madrugada).
– El cielo (despejado) repleto de estrellas.
– Cortar flores del jardÃn y llenar los floreros.
– Santas ritas de varios colores (rosas).
– Ver tantos jardines llenos de flores.
– No encontrar a los más bellos beodos que tabernera me declararon.
– Y el sÃndrome más lindo… esto extraño de extrañar.
III. Perturbaciones de entendimiento
– No entender por qué ya uno no es sujeto/objeto de interés fotográfico/videográfico múltiple…
– No entender por qué ahora anochece tan temprano, y hace frÃo…
– No entender por qué sigo esperando el festejo y los cantos de mi cumpleaños.
– No entender por qué no estoy ganando dinero como DJ de Cumbia.
– Entender que el aire seco no me mata y si esta inmunda humedad que inunda esta ciudad.
¡Chile no tiene vida sin ti!
¡Vuelve, por favor!