El procedimiento Diógenes: intentar estructurar el caos.

Cuando estoy hambriento soy perro de caza
Y cuando estoy satisfecho soy falderillo
Muchos no me llevarían de caza
Por los trabajos que doy
Diógenes de Sinope.

[english version]

A las evidencias me remito, la exposición The Sculpture of the present (de Diego Bianchi, 2007 UNO espacio de arte contemporáneo) es una acumulación evidentemente sistemática: un método de trabajo que construye (y exige) un método de lectura. Para entender el procedimiento hablaré de una coincidencia.


Diego Bianchi

Hace un tiempo, viendo televisión, me enteré de la existencia del síndrome de Diógenes: un  desorden de comportamiento que afecta a viejos que viven solos, comúnmente sin redes sociales, creen vivir en la extrema pobreza y acumulan desperdicios domésticos hasta saturar los espacios donde viven, cumpliendo literalmente (y sin espacio para la metáfora) las premisas económicas del patrimonio y la plusvalía.

Mientras me enteraba de esto, en la mano en que no va el control remoto tenía un libro donde explica cómo surgió el término cínico: un par de filósofos griegos fueron llamados Kinicos (similares al perro [kyon]) por su comportamiento y continuas alabanzas de los perros. Uno de ellos fue Diógenes de Sinope.


Katinka Pilscheur

Entre los comportamientos que estos filósofos alababan están una idea radical de la libertad, la desvergüenza y el ataque a las tradiciones y los modos de vida sociales. No formaron escuela (en el sentido académico de transmisión de conocimientos) si no actuaban por coincidencia de intereses, como una jauría.

El libro en el que aparece esta información es la recolección que realizó Diógenes Laercio llamada Vida, Opiniones y sentencias de Filósofos ilustres. En los 10 tomos que constituyen esta recopilación el historiador de la filosofía incluye, junto a datos verificables, muchas informaciones inciertas, datos nos contrastados y chismes. Muchos de los datos incluidos es lo que podríamos denominar información redundante, la riqueza de su trabajo está en lo exhaustivo de su intento.

Entonces, repentinamente, surgió el hilo conductor que hace posible este texto: me encontré con los tres Diógenes urdidos en una trama.

Leopoldo Estol

Diego Bianchi, Leopoldo Estol y Katinka Pilscheur son versiones de lo que he llamado el procedimiento Diógenes: juntar, valorar y tomar distancia para intentar estructurar el caos. Estas exposiciones que comentamos ahora evidencian, en el espectador, los puntos de coincidencia del coleccionismo, el patrimonio y el discurso histórico, apelando a inducir hipótesis de lectura de lo que presentan en el espacio privilegiado de la galería. Determinan el rango posible de construcción de conocimiento apuntando al hombre pero señalando la cultura.

La costumbre está replicada en el procedimiento Diógenes, pero resignificada y orientada como crítica cínica transformándose en un señalamiento de las concepciones culturales que hemos construido, de cómo las valoraciones morales condicionan nuestro comportamiento cotidiano, aún en el desconocimiento de sus orígenes históricos y en el acuerdo tácito que lo sustenta. Un rustico, afirma Diógenes de Sinope, puede acceder a todo lo que es cognoscible.

Finalmente lo que intentamos es encontrar la noción que hace posible el inventario, deseamos que detrás de lo que vemos exista un intencionamiento que lo haga razonable. Que las causas tengan lógica y sistema, se hace imprescindible para el espectador que los hechos sean accesibles desde una narratividad que los demuestre causales y no casuales, aunque las evidencian nos desmientan a menudo y radicalmente, mostrándonos que solamente hay un ficcionamiento creíble para hacer aceptables las consecuencias.

Este ficcionamiento es, simultáneamente, construcción y hallazgo: es un método de relación intencionada entre objetos que ya poseen valoraciones propias y que han sido utilizados como signos de otros explicitamientos discursivos anteriores, pero que, disposición mediante, ahora instituyen una acotación política de la cultura.

Deseamos entonces que el mundo, los sistemas que suponemos y los hombres resultantes sean como un perro: un animal domesticado que es leal con los que lo educaron y sólo, a veces, nos muestre los dientes.

Jorge Sepúlveda T.
Curador Independiente
Mayo – Junio de 2008

Exposiciones relacionadas

  • The Sculpture of the Present. Diego Bianchi, curatoria Eva Grinstein, [octubre 2007] Espacio Uno Arte Contemporáneo. Gral. Roca, Argentina.
  • Robben & Wientjes by Katinka Pilscheur [abril 2008]. Galería Braga Menéndez. Buenos Aires, Argentina.
  • Las Mañanas del Mundo by Leopoldo Estol [abril 2008]. Galería Ruth Benzacar. Buenos Aires, Argentina

11 Responses

  1. Estimado Jorge: gracias por enviar el artículo, es muy bueno e interesante al aclarar muchos aspectos del síndrome de Díogenes que se encuentra tan actual en la sociedad, por el estado actual de esta además del momento global que se está enfrentando; el artículo es muy interesante dado que promueve la toma de consciencia de tal cuestión o síndrome desde variadas ópticas, en especial desde la filosófica por sus fundamentos.
    Vemos como la realidad social se trastoca desde lo personal/individual llegando a lo colectivo y público por variadso motivos, cuasando consecuencias de diverso índole tanto para la comunidad como para los propios sujetos sociales al desconstruir su entorno próximo y lejano, por lo que se desarrollan este tipo de patologías en la sociedad de mercado globalizada, como una forma de buscar reconocimiento social y sentirse parte de la relaidad social.
    En fin, muy buen artículo por su temática y fundamentos, contribuye a que se tome consciencia sobre este síndrome en la sociedad al ver sus impactos socioculturales en la cotidianeidad.

    Diego Padilla Zelada.
    Sociólogo Universidad de Concepción.
    Chile.

  2. Muy interesante el artículo, se me ocurre en relación a esto de ordenar el caos la necesidad de seleccionar la información en la era de internet. Somos constantemente bombardeados por información de todo tipo, pero sobre todo visual (que suele ser la más efectiva en términos de alcance) no solo cuando accedemos inocentemente a recibirla, sino también cuando simplemente salimos a la calle sin ánimos de informarnos o de ser incitados a consumir. Creo en los múltiples beneficios de la expansión de la información (que no es ilimitada) pero también soy consciente que eso genera la necesidad de nuevas decisiones para no caer en la confusión. Yo por lo pronto estoy satisfecha de haber tomado una buena decisión: leer este artículo! 🙂

  3. El nombre que da contenido a esta curatoría, me parece una escusa teórica para dar curso a una impresión ajena a la propuesta de los artistas, y una forma de generar el desarrollo de una percepción muy personal de las propuestas partiendo de una falacia, El Síndrome de Diógenes.
    Las tres propuestas tienen títulos que no se con dicen con el análisis, al tratar de relacionar al par de filósofos griegos llamados los Kinicos con el Síndrome de Diógenes para intentar estructurar el caos, y, al introducir el término caos necesariamente insta al lector a relacionar este término con la teoría del caos, quedando de esta forma una idea en el aire.
    El primer trabajo seleccionado para esta curatoría es The Sculpture of the Present, La Escultura en el presente, propuesta poco sugerente desde el punto de vista del título, la segunda propuesta es Robben & Winties y la tercera , Las Mañanas del Mundo. ¿Me pregunto si los nombres de los trabajos no debieran entrar también en la consideración a la hora de proponer una curatoría?

  4. Estimada Estrella: un par de consideraciones sobre tus observaciones. Este texto no pretende ser una apología de la propuesta de los artistas, la que ya está suficientemente definida y resuelta en cada obra que ellos realizan y en los planteamientos de producción y teóricos que ellos esgriman.

    Este texto es una diagramación de la obra de 3 artistas desde una problematización especifica que tiene relación con las formas en que la sociedad las lee, las usa como herramientas y en qué manera puede ver reflejado su imaginario (social) en el imaginario artistico.

    Esta es una hipótesis, con toda la carga de subjetividad que ello conlleva, no conozco hipótesis que puedan ser construidas desde la objetividad. El adjetivo «objetividad» es una construcción posterior que proviene del acuerdo cultural, mas o menos estable, en una proposición.

    Las obras están constituidas por sus títulos sólo parcialmente, eso no descarta la pretensión del artista al construirla, la forma en que es leida por el publico (la forma en que se relaciona con ella) y la forma en que se asienta en el conocimiento público de ellas. Esta hipótesis de lectura consideró los títulos como una pretensión del artista y no como una construcción efectiva inmutable.

    La relación que estableces con la teoría del caos es una asociación de palabras que no fue considerada en esta redacción. El termino y el concepto que conlleva la palabra CAOS existía mucho antes de la formulación de esa teoría. Por lo demas la referencia que haces unifica la significación del término, lo que está muy lejos de la pretensión de este texto y de la polisemia de las obras analizadas.

    Por supuesto que es posible establecer otras relaciones entre estas (u otras) obras desde su nombre (denominación o título), relaciones centradas en otros problemas que se pueden suponer de las obras. Este texto supuso otras aproximaciones que exceden la hermeneutica de los titulos. Sería conveniente poder contrastar las que propones.

    un abrazo,

    Jorge Sepúlveda T.
    Curador Independiente

  5. «…un rústico puede acceder a todo lo que es cognoscible…»me impactó. Me pregunto si al cartonero de mi cuadra lograra meterlo allí, qué cosas diría! Pondría seguro mi saber en duda y seleccionaría todo lo que le fuera útil para vender para comprar su comida. Su lectura cognoscible, jamás relacionaría esto con arte.. la mera cumulación de objetos con el fin de hacernos saber que la basura nos va a tapar y va a acabar con nosotros, es un concepto de clase media, media.-alta, medios universitarios, donde es algo antigua y ya no sorprende.Ser urbana implica convivir con montañas de cosas que uno no quiere ni elige, que se acumulan para que una se horrorize del exceso y trate de sortear las montañas de desechos que se acumulan en las calles. Me pregunto: porqué estos productores de obras visuales , piensan que impactan, si no es porque se dirigen a un público que puede intelectualizar y dotar de significado a lo que ve todos los días. Ahora que lo ve en una galería, reflexiona? El productor del objeto que quiere? para quien comunica?Se marketea así? Paga al galerista para exhibir lo que tenemos a cada paso en las calles?Me encantó el síndrome de Diógenes y adoro a los cínicos.
    Muchas gracias por tu artículo que me hizo pensar en le productor de arte, su producto y sus traductores..

  6. Hace varios años en una charla que tuve con una artista de los ochenta y noventa hablabamos de las últimas generación de artistas argentinos. Sostuve en esa oportunidad mi aprecio a muchos de su tiempo en particular. Por así decirlo, la madurez de las obras me fascina aún hoy, la síntesis, el humor, la manufactura, el impacto, como una buena publicidad que nunca se olvida.
    Ella por otra parte me decía que no estaba de acuerdo, por el contrario le gustan los artistas jóvenes por que hacen obra con cualquier cosa. Poseén esta idea radical de la libertad, la desverguenza y el ataque a las tradiciones y los modos de vidas sociales que vos remarcas. Tienen un poder de síntesis e impacto más severo y una rabia y desencanto a mucho arte que ven.
    Con el tiempo estuve más de acuerdo con su opinión, creo que tiene mucha razón en que existen muchos más artistas jóvenes argentinos claro con grandes ideas como los aquí presentes en este muestra.
    Lo que desgloso de tu artículo Jorge informalmente, es que estos artistas actuan, práctican a modo de jauría con el mismo objetivo desestructurando el caos de objetos o elementos.
    El término caos y todo lo que implica me genera algunas dudas en el modo en que lo utilizas. Quedan encerradas las obras a esta sola idea? En que momento hay caos? Con todos los elementos que utilizamos partimos del caos? Que es el orden? Las obras son un caos ordenado?
    Abrazo

    Alejandro Cides

  7. Leí varias veces el artículo, no me resultó fácil su interpretación, porque él pone en evidencia conceptos que yo creía propios del presente. Y me refiero a la noción de cultura como «cultura del vicio, del ocio y del desperdicio». A lo largo de la historia
    la cultura demostró que el arte -como manifestación simbólica del proceso social
    del cual emerge- ha tenido características particulares como las tiene hoy. Así tendemos a rechazar manifestaciones artísticas que se alejan de las convenciones
    sociales. Y aunque los objetos son los mismos, lo que cambian son sus valoraciones.
    Estas son funcionales a la política cultural vigente. Este artículo pone en evidencia la
    necesidad que tenemos en sentirnos inmersos a sistemas de orden -razonables,
    lógicos, causales, etc.- Pareciera ser que la cultura en cierto grado intenta domesticarnos.

    Muchas gracias por invitarme a participar.

  8. Qué curiosas «coincidencias» el año pasado en Valdivia filmamos un video documental obviamente en baja resolución llamado «El mal de Diógenes» sobre la cuarta intervención de un refugio o paradero de micros en la calle Los Laureles, Isla Teja en Valdivia, el colectivo Mutantes Clandestinos (mutantes-clandestinos.blogspot.com) llevó a cabo esta acción y el título precisamente tiene que ver con todo lo que explicaste más arriba.

    por otro lado, la escuela Cínica, nos dejó la mejor historia de Diógenes:

    Cuentan que Alejandro Magno fue a visitar al ya famoso filósofo Diógenes (famoso por su humildad, austeridad, etc) y al estar frente a el le pregunta: «Dime qué puedo hacer por ti, gran sabio?»

    a lo que Diógenes responde sencillamente:

    Puedes correrte porque me estás tapando el sol

    saludos
    Isabel Núñez Urra.
    de rattha

  9. Jorge me resulto muy interesante el artículo e indague un poco sobre el síndrome de Diógenes. Aca escribo un poco lo que me parece en relación a tu escrito.
    La sobre valoración de los bienes y los deshechos van cercando al individuo.La acumulación como método de supervivencia. Leo estas muestras en relación con la patología expuesta como la construcción de guaridas en una guerra. El individuo junta, recolecta, conserva y guarda materiales, deshechos, etc. y se encierra. Tomando distancia de la sociedad, aislándose.
    Se me ocurre en relación a estas muestras y en relación a esta patología, como de algún modo la acumulación enjaula al individuo, lo aísla, lo intercepta en su relación con otras personas, de esta manera todos estos objetos seleccionados para conservar, terminan oprimiendo, aislando y asfixiando.
    La sobremaginificacion de las construcciones en las grandes ciudades, los rascacielos. la carteleria inmensa de la urbe nos rodea, estamos cercados por objetos, nos metemos en los negocios de todo por dos pesos sobrepasados de objetos inservibles o en los hipermercado y nos enajenamos, nos alienamos.
    En relación a esta forma de vida de las ciudades capitales se ve aquí como el individuo reconstruye su reducto en su propio hogar tapándose de objetos materiales servibles e inservibles sin discriminación en cuanto utilidad. Se aferra a la materialidad, por un temor a la soledad y la muerte? La muerte creo saber es el despojo total.
    Los artistas expuestos en este artículo construyeron sus guaridas de guerra, microcosmos capitalistas, cosmovisiones y construcciones que integran la cultura en la que estamos inmersos y aquí nosotros los señalamos como apéndices, patologías de la sociedad capitalista.
    Julia Dron

  10. Estimado Jorge, gracias por facilitar la informacion al minuto de cuanto pasa por el lenguaje- artistico-??? o sociologico o psicologico o todo junto ,en este mundo tan poco explicable en que vivimos .Despues de leer el articulo y los comentarios puedo decirte que a mi saber y entender coincido en el parrafo de Diego Padilla Zelada cuando dice : ¨Vemos como la realidad social se trastoca desde lo personal/individual llegando a lo colectivo y público por variados motivos, causando consecuencias de diversa índole tanto para la comunidad como para los propios sujetos sociales al desconstruir su entorno próximo y lejano, por lo que se desarrollan este tipo de patologías en la sociedad de mercado globalizada, como una forma de buscar reconocimiento social y sentirse parte de la relaidad social.¨¨
    Creo ademas que al intentar ordenar el caos ,lo estan haciendo desaparecer como tal y de ese modo estan creando un nuevo orden –
    Me queda una pregunta ¿Que pasa con la sociedad que adhiere ?
    Nuevamente gracias .Emma Calvino

  11. jajaj me gusta esta idea de no formar escuelas, sino jaurias

    pero en esta jauria tengo que hacer un punto y coma. me quiero referir a las obras de los dos varoncitos citados, porque me parece que hay una gran diferencia con la señorita Katinka Pilscheur.

    las obras de Bianchi y Estol (sobre todo estas dos piezas) estan hablando de otra cosa, no se trata tanto de dar nuevo orden a las cosas, sino de como hacerlo. la participacion colectiva en la creacion de estas dos obras, hablan sobre las nuevas formas de construir en este mundo globalizado/interactivo con «intenciones horizontalistas» (que nunca llegan a ser tales). las nuevas formas de relacionarnos en el mundo internetico,( y tercermundista, tal vez Bianchi, por trabajar con lo que tenemos mas a mano).

    si bien una lectura, no tiene porque anular otra, con este ordenamiento que hace el autor de la nota, me parece que deja afuera lo que a mi me parece mas interesante de estos dos artistas, aunque no sean santos de mi devocion.
    no ordenamos ningun caos, pero lo hacemos entre todos.

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