Lecturas racionales de los efectos de la adrenalina // YO Y YOU, boxeo entre artistas

Yo y You, obra de teatro que pre-analicé en un comentario anterior, puso en evidencia más que lo que había previsto. Algunas de las cosas que ocurrieron dejaron planteadas más preguntas y algunas definiciones provisorias generadas en su desarrollo.

Lo primero es que podemos leer este tipo de ejercicios como acotaciones más profundas a su entorno que una simple exhibición de fuerza, rentabilizar la realidad que nos es ajena viéndola y analizándola como nuestro propio ejercicio, hacer una presunción de existencia de lo estético en cada momento o acción política. A continuación algunos hallazgos:

1.- El morbo: dentro de la relación que una acción de arte puede establecer con el espectador la ansiedad, el deseo y la excitación que provocó Yo y You entre quienes asistieron como espectadores es difícilmente comparable con lo que hayan logrado otra exposición realizada este año. Esta acción es arte-espectáculo, en su versión no farandulizada. El espectador queda obligado por la obra a realizar juicios taxativos, morales algunos, sensacionales/sensoriales otros. Hay quienes quieren sangre y quienes se impresionan y se retiran.

2.- el circuito redefinido: en el boxeo la organización básica (consensuada) es establecer relaciones de capacidad/peso. Esto puede ser una sugerencia bastante beneficiosa para el circuito de arte chileno. Acá tenemos un par de circuitos constituidos: uno institucional certificable, curricular y organizado en círculos concéntricos jerarquizados a partir de los museos, luego las galerías comerciales y alternativas, centros culturales de diversa índole, terminando en talleres organizados y colectivos de trabajo. El otro es periférico y esporádico, constituido por ebulliciones y exabruptos producidos en lugares que han sido apropiados para una actividad cultural o exposición.

La relación entre ambos circuitos podríamos definirla como de fagocitosis, el circuito institucional lee, a veces, los actos del circuito periférico y recoge o levanta algunas de sus construcciones simbólicas y las coloca a trabajar en su ámbito con la promesa de la hoja curricular. A su vez el circuito periférico reacciona a los anzuelos que el institucional lanza, presenta lecturas pervertidas (otras versiones) de sus planteamientos y paralelamente trata de dar lugar a los discursos que cubren las falencias y miopías del circuito institucional.

En ningún caso ambos circuitos son capaces de tener una visión amplia de cómo se construye una identidad basada en un imaginario común. Sus enlaces son rencillas, ajustes de cuentas.

3.- la emoción y el goce: hace un tiempo atrás en una reunión con Adriano Pedrosa a propósito de su postulación a la Bienal de Sao Paulo 2006, Luis Guerra afirmó «yo hago arte para ser feliz». Mucho de eso hubo en Yo y You, no en su versión romántica alemana (ñoña como se dice en español chileno) si no en su carácter acumulativo de sensaciones. Los contendores artistas al comprender su lugar en esta acción fueron sometidos a una mezcla de temor y satisfacción, propia y ajena. Subir a pelear representa un desafío: hay que confiar en el rendimiento propio y en la certeza del rendimiento ajeno.

Durante el ejercicio se produce algo que he llamado insistentemente actualización: todo lo que uno sabe y ha discurseado se reúne, se utiliza y se valida sólo aquello que es atingente, pertinente, es decir, todo lo aprendido se convierte en acción, en acto, o se demuestra accesorio.

4.- la violencia del encuentro: una de las objeciones que se hicieron ver, a pesar de la evidencia del goce, es la misma que se hace al boxeo: la evidencia de la violencia en un deporte. De esto ya hablé antes cuando mencioné «la lubricación de las negociaciones», al parecer el arte chileno tiene sólo dos estados: acomodaticio y obtuso. Acomodaticio en lo práctico (en los montajes que no exigen de los lugares de exhibición) y en lo teórico, cuando se prestan para la ilustración de la teoría en vez de dialogar con ella.

Obtuso cuando actúa de manera reaccionaria, formando su definición y su cuerpo de obra en la oposición «por principios», negando de esa manera las acotaciones, a veces validas, del análisis de obra. Ser «colocado en su lugar» histórico, técnico y de capacidad es algo con lo que los artistas y el circuito en general no está familiarizado.

Esa es la violencia a la que tememos, causas sociológicas, históricas y psicológicas hay de sobra para fundamentarlo. Sin embargo está representación exacerbada de la confrontación es atractiva y repugnante a la vez. Somos lo que no hemos sido capaces de ser, somos también nuestras falencias.

5.- la adicción: es cosa de ver el estado exaltado/eufórico en que queda un contendor luego de una pelea para comprender rápidamente por que se desea repetir la experiencia, a pesar o a proposito de los golpes recibidos. La adrenalina, la sensación de potencia (de poder hacer), la complicidad con el contendiente y con el público son estímulos que no abandonan inmediatamente el cuerpo. Similar experiencia he visto en quienes viajan a residencias de arte en el extranjero: vuelven con un desarrollo de obra que no habrían logrado si hubieran permanecido en Chile, con una fiebre de aplicación de lo aprendido, con una energía transformadora de las estructuras que les permita recrear/revivir acá su experiencia extranjera. Luego, y en vista de la solidez de las construcciones y conductas nacionales, generan una nostalgia que puede empobrecer su ejercicio.

Con esto termino: es un procedimiento enriquecedor el forzar nuestras concepciones de objeto de arte a explicarse a si mismas y a su entorno a partir de lecturas excéntricas, podemos poner a prueba nuestros juicios y nuestros prejuicios, nuestras seguridades, pero principalmente puede inyectarnos de una fuerza olvidada en la comodidad de la explicación teórica.

Jorge Sepúlveda T.
Curador Independiente
Mayo 2006

El elenco está formado por: Juan Carlos Pinto, Néstor Cantillana, Luis Guerra, Jorge Sepúlveda T., Daniel González, Miguel Michelson, Jose Guerrero, Serge Demidoff, Cristóbal Raby, Ronny Vargas, Sebastián Egaña, Marcia Del Canto y VADCA.

El registro será realizado por Enrique Rivera, Daniel Trincado, Rocío Gutiérrez, Javier Pañella y Felipe Barra.

enlaces:
YO Y YOU, una obra en 3 rounds // MAN IN THE BOX. comentario anterior en Curatoría Forense
BOX INTER ARTISTS AND THE FUCKING WORK IN CLASS
YO Y YOU, una obra en 3 rounds. informacion en Sepiensa.net
Boxeart. Nota en La Nación Domingo, 28 de Mayo de 2006.
Video Pelea Daniel González/Jorge Sepúlveda, Yo y You, 21 de Mayo 2006, Editado por Danlagar.

11 Responses

  1. Me parece fundamental lo apuntado en los dos comentarios del Sr. Sepúlveda, a partir de la propuesta yo y you, respecto a la carencia de roce en el sistema arte chileno por efecto de las disposiciones acomodaticias o autoexcluyentes. Es relevante que la cuestión de la violencia, tan soslayada, haya encontrado espacio en los mencionados textos, y más aun junto al muy pertinente esbozado de las posibles causas de la resistencia a encarar su participación en el espacio de la producción cultural. Sin embargo, creo que la referencia a la rutina del box, que según entiendo se encuentra asociada a la performance en cuestión, y que se prolonga como modelo del análisis del sistema arte, corre el riesgo de auspiciar una interpretación naturalista del rol de la violencia, ya que el texto anexa el ejercicio de esta última con el desarrollo y arraigo de aptitudes o pertinencias.
    Creo más bien necesario destacar del box su característica conjunción de violencia y normatividad, de carne y simbolización. En tal sentido, el box sería un juego o deporte en el cual el desarrollo de la acción compromete la evidencia inexorable de la violencia, y así ésta puede ser indicada como condición de la emergencia del espacio simbólico, que corresponde al señalamiento del triunfador o el victorioso. Es decir, la referencia a la violencia en relación al desarrollo de pertinencias quizá sea apropiado para la evolución natural, pero probablemente, con relación a la finalidad de incentivar los intercambios en el sistema arte chileno, sea más provechoso pensar en el box como espacio deportivo convencionalizado, luego cultural. De esa forma sería posible reconocer el paso de la violencia al ordenamiento simbólico o el lugar de la violencia en el plano de la producción construcción cultural, y más puntualmente sería posible atender al hecho de que el olvido de la violencia suele ser la condición para instaurar, naturalizar la contingencia del ordenamiento simbólico.
    Ahora bien, proponiendo como forma de renegación u olvido de la violencia el acomodo al cual se hace referencia el Sr. Sepúlveda, podría indicarse que el esquema de la competencia es propiedad de los clásicos concursos, en los que el discurso de la selección de pertinencias tiende a la certificación y la reproducción. En definitiva, los concursos pueden figurar como circunstancias que habilitan la emergencia de lo que se ofrece y se legitima como pertinente, más siempre sobre el acentuado olvido de la violenta institución de formas y comprensiones de lo artístico.
    Tras dejar atrás la renegación de la violencia, lo que podemos pensar tiende a darse con la ayuda de encuentros pugilísticos, sería posible dar lugar a las confrontaciones e intercambios que tanta falta le hacen a la producción artística chilena. No obstante, sería dable esperar que esos “encuentros” ya no tengan por finalidad el aseguramiento de una legitimad o pertinencia, pues dada la des-cimentación que acarrea la evidencia de la violencia del ordenamiento simbólico, de la norma, la ley y lo legítimo, queda dispuesta la alternativa de trabajar en la apertura del sentido de lo artístico. En esta perspectiva, la confrontación, ya no busca producir un triunfador, o un sujeto pertinente que logra mantener e imponer sus entendidos, lo cual implicaría aplacar la diferencia, si no que se ofrece como la oportunidad para admitir y producir diferencia, algo nuevo, al experimentar la tan necesaria “deslegitimación de uno mismo”, factor que intervendría en la relación con otros paradigmas, otros textos y otros contextos.

  2. […] Como dije en un artículo anterior (lecturas racionales de los efectos de la adrenalina): la falta de competencia genera conductas acomodaticias u obtusas, esta falta de costumbre de relaciones adultas entre iguales nos hace recurrir a la formalidad y a la resistencia, a la generación de relaciones jerarquizadas basadas sobre el control de la fuerza, de la autorización de la acción y la constricción del pensamiento. Graves en sus Graves, como dice Mauricio Redolés, ausentes de humor para parecer inteligentes, o caídos al chiste fome, a la ocurrencia tonta, a la talla. […]

  3. bueno todo lo que se vé en el video…no me imaginé nunca,que se dieran de verdad, y no solo consejos de artista, si no «golpes de artista»,a mano alzada !!.
    buena cosa…

  4. en diciembre del 2005 yo en la playa los artistas de viña del mar mojé con agua de mar los tres nombres del conceptualismo chileno(dittborn; diaz y ducló) y nadie me dio boleto, lo que hice fue agredir el caracter institucional del conceptualismo chileno desde la región
    luego en enero del 2006 doblé y agredí el monumento de homenaje a pablo neruda en la roca oceanica en Con Con, V región
    estas acciones tienen que ver con el proceso de domesticacion del arte chileno y su correlato geopolitico: el centralismo desde santiago que enmudece las exploraciones desde la región

    la imagen del artista fracasado (buscar en google)
    se va a transformar pronto en el artista chaquetero…

  5. […] – Yo y You, una obra en 3 rounds. Jorge Sepúlveda T. [20 de mayo 2006] – Lecturas Racionales de los Efectos de la Adrenalina :: Yo y You, Boxeo entre artistas. Jorge Sepúlveda T. [22 de mayo 2006] […]

  6. […] El ejemplo MAN IN THE BOX (producida por Oscar Raby en Santiago de Chile y en Periférica Buenos Aires en 2006) es una metáfora bastante literal del sistema de arte basado en una ambigüedad productiva: la competencia requiere competencias. En otras palabras el juego requiere capacidades. Todo esto está ya explicitado en Lecturas racionales de los efectos de la adrenalina. […]

  7. […] El ejemplo MAN IN THE BOX (producida por Oscar Raby en Santiago de Chile y en Periférica Buenos Aires en 2006) es una metáfora bastante literal del sistema de arte basado en una ambigüedad productiva: la competencia requiere competencias. En otras palabras el juego requiere capacidades. Todo esto está ya explicitado en Lecturas racionales de los efectos de la adrenalina. […]

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