Seguros en sus soledades.
Circular por Buenos Aires es saber, a ciencia cierta y de golpe, el tamaño de la cultura. La acumulación y la apropiación de la urbe, incluyendo los restos aun sobrevivientes de las dictaduras y de los sucesivos periodos de riqueza/miseria, que han marcado a una ciudad completa donde todo coexiste, armonioso y contradictorio.
Un problema de cantidad, dijimos en principio con Daniel González, cantidad de gente y tamaño de las cosas que se necesitan para satisfacerla(s). Pero el argumento se derriba inmediatamente: si fuera así sería un problema de proporción, la fórmula sería la siguiente»cuanto hay allá proporcionalizado a la cantidad de gente y recursos que acá hemos tenido en ese mismo periodo histórico». Odiosas comparaciones.»Lo que sentí en Chile – me dice una mujer que conocí en un bar- es envidia» ¿como así? Envidia de los chilenos por lo que hay en Argentina y un odio subterráneo hacia lo que ha logrado, una autoafirmación de los chilenos en el hardware y no en la forma de utilizarlo. Políticas estatales y empresariales centradas en la construcción de la semana siguiente, basada en el balance general.
El asunto se mostró más bien como un problema de la conducta: qué es lo que hemos hecho para permitirnos sólo la cultura que hay en Chile. Este reclamo que comúnmente se escucha entre los marginados y poco beneficiados por las estructuras (institucionales y sociales) en Chile existe también en Buenos Aires, la diferencia es el punto de partida y el ejercicio de su proceso. Cada vez que se inicia algo, su punto de partida está referenciado sobre sí mismo, como si la cordillera nos hiciera miopes.
En fin, fuimos a ARTEBA y nos preguntamos por cada obra, desde los exabruptos, las artesanías y aquellas que si reunían la fuerza, autoconciencia y la síntesis visual suficiente para ser llamadas obras de arte contemporáneo, aquellas que desde la anécdota biográfica o de la construcción teórica se transforman en un estimulo a reconsiderar la cultura. Vimos, tal como acá, las influencias/traspasos que ha creado el libro ART MILLENIUM (Taschen, 1999) o el ART NOW (Taschen, 2005), sus coincidencias formales y de contenido, como también las apropiaciones y relecturas que de él se hacen.
Nos preguntamos por la selección de las obras y de las galerías que participan, selección económica por cierto que nos consumió un buen rato de conversación tratando de dilucidar la relación del arte con el mercado, sus incestos y cacofonías, su desprecio y fascinación con lo marginal. Y la sorpresa de hallar ferias tratadas como bienales.
Eso nos llevó a preguntarnos por la condición de posibilidad de realizar una feria de arte en Chile (la pregunta por la bienal ya está buscando su espacio), ¿Cuál sería la razón por la que galerías extranjeras querrían exponer sus «productos» en Chile?, ¿Cuál y de qué tamaño es el mercado real de arte en Chile?, ¿Quiénes visitarían una feria así, de manera de crear un soporte cuantitativo y cualitativo de público?, ¿Dónde realizarla?. En fin, imaginen una inauguración gigantesca donde se junten todas las laminitas del álbum que asiste periódicamente a estos eventos + alguna gente interesada en consumo de arte + los compromisos sociales y políticos ¿cuantos son? ¿Cómo leerán lo que se les muestras? ¿Qué clase de complicidades serán necesarias con los medios de difusión (excluyentes hacia el arte y entre ellos)?.
Nos hace falta carne y deseo también y profesionalización de los agentes, sueldos para pagarlos, lugares para recibirlos y capacidades para comprender y rebatir. Y volver a desear siempre.
Escuché una frase a la pasada, en conversaciones de otros, que me dejó complicado: Chile es un país de chantajes. Cuidado, un país de chantajes no un país de negociaciones. Chile hace un buen tiempo me parecía un Colegio de Jesuitas Decadente donde los alumnos han olvidado leer, han olvidado la relación con la experiencia pero, por sobre todo, tienen problemas conductuales. No aquellos que son maldades de niños, que los hay, si no esa sobredeterminación de la seguridad, la imposibilidad de la complicidad social, el temor efectivo al riesgo, el discurso grandilocuente y magnificatorio, el Arte y Política convertido en Arte y Policía.
Como dije en un artículo anterior (lecturas racionales de los efectos de la adrenalina): la falta de competencia genera conductas acomodaticias u obtusas, esta falta de costumbre de relaciones adultas entre iguales nos hace recurrir a la formalidad y a la resistencia, a la generación de relaciones jerarquizadas basadas sobre el control de la fuerza, de la autorización de la acción y la constricción del pensamiento. Graves en sus Graves, como dice Mauricio Redolés, ausentes de humor para parecer inteligentes, o caídos al chiste fome, a la ocurrencia tonta, a la talla.
Descubrimos la farsa de los emergentes chilenos, supimos del ocultamiento de quienes no ejercitan en su arte lo que han leído y aprendido en el extranjero (por que no pueden o por que no saben cómo), fijamos nuevas lecturas a ese silencio cómplice chileno del profesor que hace Historia del Arte desde la pobre colección de nuestro Museo de Bellas Artes de Santiago, miramos las escenas de avanzadas argentino/chilenas de los 80s en IMAGO (fundación financiada por la Isapre OSDE y contextuado por los comentarios de Justo Pastor Mellado, a quien encontramos allá) y nos sorprendimos de nuestra ombligocentría, nuestra falta de perspectiva: acá hacemos arte para ilustrar un libro que leerán muy pocos, que trata siempre de los mismos temas y que es certificado por guardias de banco.
Escuchar, caminar, conversar fue lo que hicimos en ARTEBA y en Buenos Aires. Ajustamos las conductas eficientes que funcionan en Chile para poder relacionarnos con otra sociedad, ocultamos el acento y acentúamos la diferencia de punto de vista. Fuimos a Argentina para aprender algo de Chile. Algo que realmente sirva en Chile para que su arte tenga competencia internacional, no un envío que nos muestre como un frickerio, un circo de fenómenos evolutivos darwinianos que han surgido en un territorio aislado, condenados a ser siempre minoría simbólica.
Pero por sobre todo supimos, como dijo un tipo francés en un bar, que hay que saber de los extranjeros, relacionarse con ellos, total los extranjeros en el mundo son siempre muchos más que nosotros.
Jorge Sepúlveda T.
Curador Independiente
Buenos Aires, Mayo de 2006
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lo que pasa es el efecto Downey, una suerte de virus que aqueja y que te hace intocable para Chile.
Sólo hay que seguir haciendo arte. No es un gran problema, morirse tampoco.
jackpoi.blogspot.com
[…] Las preguntas que se levantan después de lo que he dicho en el artÃculo anterior tienen que ver con la posición del arte chileno en el circuito internacional del arte, su especificidad, su construcción individualizable y por supuesto sobre su capacidad. Para ello ocupare como guÃa estas preguntas: 1.- ¿Que es lo que hace distinguible el arte chileno contemporáneo del arte que se realiza en el resto de Sudamérica y en el mundo? 2.- ¿Cuál es the chilean way?, ¿Cuál es la manera chilena de hacer arte? 3.- ¿Cuál es nuestra forma de construir significaciones, estéticas, imágenes? […]
Esta precente el miedo, la verguenza, que por encima se forra de envidia, de miradas soslayadas que enorgullesen al cuerpo, a la figura y su fallada. Y es que en Chile se lee, y se vive con criterio, en cuanto a critica, pero con estas herramientas el sujeto se encierra y se masturba con armas que hace de el, para respaldar su critica y destruir al ingenuo que quiere decir, lo que quiere decir, o al espectador que ve lo que quiere ver, por sobre el conocimiento y la verdad absoluta.
[…] ArtÃculos relacionados: – ARTEBA 2007 (01) :: Expectamus Dominum [ 19 de mayo 2007] – Causas y Pretensiones :: Entender a Chile en Argentina. [ 18 de diciembre 2006] – Pan para Mañana :: ARTEBA y otros sucesos en Buenos Aires. [ 29 de mayo 2006] recomienda este artÃculo por e-mail No hay Comentarios a este post escribe un comentario RSS feed for comments on this post. TrackBack URI Dejanos tus comentarios Saltos de Lineas y de parrafos son automaticos, tu e-mail nos sera publicado, codigos HTML permitidos: <a href="" title=""> <abbr title=""> <acronym title=""> <b> <blockquote cite=""> <code> <em> <i> <strike> <strong> […]
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