Luego de reuniones con la escuela de fotografía Fábrica de Imágenes y el Centro Cultural Clavijero, noto una lucha casi romántica por mantener ciertos alcances obtenidos; lucha que quizás se intensifica por la negación de establecer conexiones necesarias o de aceptar algunos funcionamientos claves para conseguir continuidad. Al parecer una falta de empatía con algunas visiones que creo no es más que un gran filtro que me recuerda el por qué en Caracas las programaciones en los museos se limitan gran parte a la exhibición de su colección evidenciando poco apoyo a proyectos actuales de arte contemporáneo.
Algunas necesidades cambian según su especificidad, otras situaciones al parecer no.