El día anterior por la noche, Rosarito, Manuel y Julia se encontraron “accidentalmente” con Gabo, un artista local. Al salir de la obra de teatro Ánima, me crucé y me uní a ellos. Salió la oportunidad de ir a su taller, donde nos contó de su proyecto. Él trabaja con un carrito que acondicionó para vender stickers de sus dibujos y de sus amigos y colegas. Renta el espacio junto a otros dos artistas audiovisuales, que tuvieron juntos una galería que cerró por no poder mantener la renta de la misma. Por encima de ellos hay otro colectivo que renta el espacio que produce fancines.
Por la mañana se trabajó sobre la sensación que tuvimos todos de una gran dificultad de encontrar arte contemporáneo en Morelia; “el arte moderno no terminó de suceder” fue una frase que quedó bastante presente en la charla…
Luego tuvimos la presentación de portfolio de una fotógrafa local con una fuerte presencia en institutos de formación de fotografía y cine; si bien maneja muy bien muchos de los aspecto técnicos de su área, se me hizo interesante cuando comenzó a hablar sobre su circulación por el circuito artístico local y sobre cómo concebía a la producción artístico/cultural de Morelia…
A la tarde fue una de las reuniones más contrastantes que tuvimos en el Centro Cultural de la UNAM, donde por un lado tuvimos la presentación de un sociólogo especializado en Arte cuya visión de la escena local, daba a entender al arte y la cultura como una sola cosa, basando su presentación en el mercado y cómo se insertan ciertos artistas, rotulando de mediocres la intervenciones artísticas “falsamente” contemporáneas según él de por ejemplo Damien Hirst y su tiburón suspendido en formol dentro de una pecera; y por otro lado la presentación de Argelia, funcionaria de la UNESCO y crítica de arte, ratificó lo que veníamos señalando y discutiendo: la escasa visibilización de lo contemporáneo en la escena local y la escasa inserción de los jóvenes en la participación del arte, como consecuencia de la ausencia de espacios que atiendan a éste tipo de producciones y público.
Claramente se vislumbró lo que sucede a otra escala en la escena local: la puja entre lo MODERNO y lo CONTEMPORÁNEO.
En torno a ello, seguimos debatiendo acerca de nuestra presencia en el lugar, y surgieron varias cuestiones, por decir algunas, cómo nos insertamos nosotros en ésta escena que HOY “construimos” de alguna manera; cómo “modificarla” si es que “deberíamos” hacerlo, o si ya lo estamos “haciendo”; cómo nos insertamos nosotros en nuestra escena local; cómo nos podríamos llegar a insertar a partir de ahora, teniendo como experiencia ésta residencia? Son cosas que quedan en el tintero; la tinta está fresca…