VIVIR JUNTOS 02 :: I want to live like common people

Mencioné en el artículo anterior que la planificación de una bienal puede ser evaluada por el objetivo del equipo curatorial, esto es la relación establecida entre una (hipo)tesis de arte y un objeto social-político. En el caso que analizamos, la 27ª Bienal de Sao Paulo, este objeto son las relaciones problemáticas entre lo individual (y sus asociatividades) y sus contrapartes organizacionales, que poseen una normatividad que podríamos llamar La Gran Ley.

Insisto. Existen dificultades individuales frente a los grandes procesos civilizatorios. Y agrego: estas dificultades se constituyen en prácticas cotidianas que no han constituido aún discursos, al modo que el análisis teórico requiere para validarlos. Ahí entra, por un lado, la producción artística como arte de la representación de estas prácticas y, por otro lado, la selección curatorial como estrategia de potenciación y posicionamiento, de cada obra en particular y de las obras en su conjunto, de la obra como señal, requerimiento o pancarta. [El arte no es sólo esto, pero parte del arte lo es].

En referencia a lo individual encontramos, por ejemplo, una sala dedicada específicamente al problema de lo femenino, que incluye la obra de Ana Mendieta y de Sanghee Song que enfrenta la definición cultural del cuerpo femenino. La obra de Song es explicita, la de Mendieta es desnuda. Song con su obra Gestos para ser una buena Hija señala el adoctrinamiento del cuerpo requerido por las buenas costumbres, como se modelan los modales. Pero lo hace sin dar gritos, sin pataletas, lo hace generando el non plus ultra de su aplicación: objetos que facilitan la educación. No hay monstruos temibles, basta con metalizar un objeto y ocupar los recursos de la propaganda para ello.

Mendieta por otra parte, con sus Glass on body Imprints, muestra como el cuerpo es material moldeable (como ya lo sabía la performance) y cómo sus deformaciones significan, además nos recuerda que las obras inteligentes efectivizan los recursos en beneficio de su capitalización simbólica. Economía del cuerpo y Economía del arte, simultáneamente [1]. Hasta ahí por ahora.

Este artículo tiene como soundtrack la canción Common People del grupo PULP por varias razones, pero principalmente por dos citas que acotan los posibles acercamientos del arte y de la curatoría a la vida de la gente común.

Estas son: «Are you sure you want to live like common people, you want to see whatever common people see, you want to sleep with common people» [2] y «But still you’ll never get it right, cos when you’re laid in bed at night, watching roaches climb the wall, if you call your Dad he could stop it all« [3].

Hay una distancia infranqueable con la vida de la gente común planteada como objeto de estudio. La primera razón es que el acercamiento que analiza y diagramatiza no es aplicable diariamente: hay cosas que hay que dejar de ver para poder vivir [4]. Los diagramas requeridos cotidianamente son básicos, eliminan gran parte de los adjetivos, actúan en función de la efectividad del discurso predominante.

Lo segundo es que acceder a la categoría de common people no sólo se hace bajando desde una posición de elite (cultural, social o económica) a un roce de pueblo. Esta exposición muestra, en varias de sus obras, que también se accede desde afuera de lo que culturalmente se ha definido como gente común, hay gente que no son elite, simplemente son minoría que aún no puede ser integrada por que no posee los modos, los modales o los discursos.

En rigor, es en estos dos puntos es donde reside la capacidad representacional y analítica de una exposición de este tipo. La vida cotidiana no es arte, para ser arte debe ser señalado como tal, debe ser extraído de su contexto, de los múltiples circuitos en los que participa donde la sobreadjetivación y los planos simultáneos (sociales – económicos – sentimentales – sexuales y etcétera) en que se produce no permiten tener una lectura. ¿Han visto fotografías de las calles de Tokio? Están tan saturadas de signos que hay que evitar leer, hay que empobrecer el objeto para poder fijar la vista.

El arte de estas obras es, entonces, un ejercicio de discriminación, separa lo que no quiere decir, aquello que sabe y va a postergar para poder fijar una estructura de sentido. El ejercicio posible sería entonces sumergirse y volver a individuarse, recursivamente. And dance and drink and screw, because there’s nothing else to do.

Jorge Sepúlveda T.
Curador Independiente
Mayo de 2007

NOTAS:

[1] Sólo resta acotar que el anillo de Mendieta permaneció como remanente para la foto, gancho desde el que se podría producir reinterpretaciones de obra como la que realizó Mellado al encontrar el mono afeitándose en el cuadro «retrato de don Ramón Martínez de Luco y su hijo José Fabián» del Mulato Gil de Castro.
[2] trad: estás segura que quieres vivir como la gente común, quieres ver lo que sea que la gente común ve, quieres dormir con gente común.
[3] trad: pero tu nunca lo tendrás, porque cuando estés tirada en la cama, mirando, mirando las cucarachas escalando las murallas, si tu puedes llamar a papá para que detenga todo.
[4] La consigna de izquierdas de «crear conciencia» en las masas resultó inaplicable por que nunca se supo como se educaba la conciencia, pero principalmente por que no se descubrió la rentabilidad práctica de la conciencia a la hora de preparar el almuerzo.