este artículo fue escrito en el marco
del SPARRING TOUR 2009.
ver artículo anterior.
A diferencia de los mapas cartográficos, los mapas mentales actúan sobre el terreno metaforizando su objeto. No solo nombran, establecen límites y fijan posiciones relativas, además le dan un sentido al punto que señalan.
Es debido a eso que me gusta utilizar como nombres de áreas referencias a historias (o conjuntos de ellas) de modo que actúen como contexto narrativo del nombre. Creo firmemente que el mapa solo debe ser simple de leer a primera vista, pero no debe agotarse en la organización de signos, en otras lecturas puede intentar complicar las cosas complejizando las relaciones entre estos, con la historia, el anecdotario y el uso común de los códigos utilizados. Es decir, incluir la carga simbólica.
En Clínicas los nombres a los que podemos apelar son múltiples y actúan en combinación, acá solo daremos unos ejemplos para efectos de este artículo, estos son: chamanes, jesuitas y cínicos.
Pasando hace un par de años por Policía Internacional del Aeropuerto de Santiago de Chile, llené el formulario de ingreso como de costumbre: en oficio/profesión coloque Curador. Pero olvide agregar «de arte». La chica que me recibió los papeles no pudo soportar la intriga y me pregunto si hacia «imposición de manos» yo le sonreí y le conteste que aún no llegaba a hacer eso. Jajajaja.
Este malentendido me llevo a pensar si acaso esa confusión no decía algo sobre nuestra profesión. En las clínicas, los Chamanes actúan administrando ritualmente la verdad, una verdad iluminada e iluminadora, que nadie sabe muy bien de donde viene, pero bien sabemos que la fe es saber descartar los hechos, o la falta de ellos.
Por otro lado, hay quienes comprenden el ejercicio de la clínica como un apostolado. A esto yo lo he denominado el jesuitismo. El jesuita es simultáneamente intelectual y misionero, es racionalista bajo un dominio razonable. Quizás, como bromeábamos alguna vez, estamos ante la Iglesia Universal del Arte Contemporáneo de estos últimos Días. Si seguimos así podríamos decir que a lo que asistimos es a una predica y una confesión, los jesuitas a diferencia de los chamanes estructuran una lógica discursiva que pretenden reproducible, es un sistema de pensamiento pero de axioma indudable: la estructura de valor ya viene prevista (desde afuera o desde arriba).
Por ultimo, el cínico tiene una actitud sofista hacia su objeto de estudio, dice desconocer la verdad y buscarla en los casos (aunque quizás esto solo sea un artilugio). Este ficcionamiento permite un acercamiento no dogmático al objeto ya que cualquier verdad es argumentable (y por ello desestimable), las referencias deben ser establecidas entre una obra y otra, deben ser buscadas. Se me ocurre que esto puede ser al estilo de la serie televisa Dr. House, en la que un medico junto a su equipo vulnera éticamente los principios establecidos en busca de un diagnostico urgente, imprescindible.
El cínico esta enamorado de su objeto de estudio, el valor que busca lo supone, lo desea ahí donde lo busca. La relación entre sujetos ocurre entre el amor que une a las cosas, y el humor critico que los distancia. Como señaló Lissete Lagnado en su evaluación de la Bienal de Sao Paulo 2006: Vivir Juntos, pero con la justa distancia.
Estos 3 estereotipos que he utilizado para definir algunos de los tipos de relaciones entre clinicantes y clinicados tienen en común que la clínica es una indagatoria del valor de lo que «es diagnosticado». Los «a grandes rasgos», la imposición de los mapas sobre el terreno o los criterios técnicos rígidos desestiman el valor de los procesos y los productos, fuerzan el trabajo de analisis y desincentivan la experimentación de producción artistica y discursiva. Para ver al otro hay que determinar sus acciones y sus mecanismos, verlo desplegarse en su entorno de producción.
Estos modelos propuestos tienen muy diferentes implementaciones y consecuencias en los Clinicados. De eso hablaremos en el próximo artículo.
Jorge Sepúlveda T.
Curador Independiente
Buenos Aires – Salta, abril de 2009
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5 Responses
Excelente J.! mas por favor de estos.
Algo que leà justamente de Susan Sontag (Susana Sarandong entre los amigos) sobre el distanciamiento y que me pareció muy claro:
Cierto arte apunta directamente a despertar sentimientos, otro arte apela a los sentimientos por vÃa de la inteligencia. Hay arte que implica, que suscita empatÃa. Hay arte que separa, que provoca reflexión.
El gran arte reflexivo no es frÃo. Puede exaltar al espectador, presentarle imágenes que le impresionen, hacerle llorar. Pero su poder emocional está mediatizado. El impulso hacia la implicación emocional se ve contrarrestado por elementos de la obra que crean distancia, desinterés, imparcialidad. La implicación emocional es siempre, en mayor o menor grado, pospuesta.
El contraste puede ser explicado en términos de técnica o de medios; y aún de ideas. Sin duda, no obstante, la sensibilidad del artista es, en ultimo termino, decisiva…» (Estilo espiritual en la pelÃculas de Robert Bresson)
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[…] desarrollamos en los artÃculos El auge de la ClÃnica [01]. Modelos pedagógicos horizontales , El auge de la ClÃnica [02] :: los modelos de los clinicantes y El auge de la ClÃnica [03] :: diagnóstico de ingreso. Abril de […]
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