Ejercicio de la Inteligencia // Arterrorismo en Chile.

El Arterrorismo es una categoría de arte o quizás una forma de diagramar/leer cierto espectro de la realidad del arte contemporáneo. El Arterrorismo se basa en los efectos/consecuencias de sus actos, donde la obra/objeto/intervención de arte no es más que un medio para ocasionar una sensación: el terror, ese miedo exacerbado incontrolable.

Este arte es un arte necesariamente eficiente o simplemente fallido, es una organización de los medios, una coordinación de esfuerzos medidos, teleologizados. Depende de la eficiencia del gesto artístico que sabe leer su contexto buscando la fisura e ideando el sabotaje, es un ejercicio conciente que elige, cada vez, sus medios técnicos, que toma las pericias (el oficio) necesario para su producción de efecto de obra.

La obra/objeto/procedimiento de arte realizado por el Arterrorismo es necesariamente efímero en los hechos, pero que intenta ser histórico en sus efectos: quiere traumatizar el sentido común que se ha asentado, acomodado.

Debo aclarar que el Arterrorismo no es necesariamente delictivo: su accionar trabaja con el borde del establecimiento definitivo de los discursos y las relaciones interpersonales. La legalidad está en otro plano: es la constatación contractual del convenio requerido para delimitar el accionar público/político de la sociedad, este contrato siempre, inevitablemente, va atrasado de las prácticas reales de los ciudadanos.

El Arterrorismo es violentista, pero su violencia no es necesariamente violencia física, puede ser una violentación de la teoría, de las estructuras, de la moralidad (y a veces de la ética), puede ser una violentación signica o simbólica.

¿Hay Arterrorismo en Chile? Tengo a mano dos ejemplos (estoy en busca de otros más): el robo de la escultura de Rodin realizada por el alumno de la Universidad Arcis Luis Onfray y la intervención urbana «ley de la silla» de Daniel González.

El robo del Rodin puede ser catalogada casi como una acción casual, un capricho, una broma, una pendejada: sin logística y sin manejo de sus consecuencias… jajaja… peor aún: ¡dolor para los profesionales del arte!, un amateur puede realizar una obra que ellos no pueden (o no quieren).

Esta acción puede ser definida, por sus consecuencias, como arterrorista. Una fisura en la seguridad de la institución museal (el Museo de Bellas Artes de Santiago) permite que una persona burle una vigilancia dormida y deficiente ocasionando una batahola en la que la capacidad de los funcionarios quedan puestos en duda: son gestores de muestras endebles, inseguras. La confiabilidad de su capacidad es puesta en duda en relación a su gestión internacional, obligándolos a decir «estos hechos ponen en duda la realización de otras muestras internacionales» un momento: es la ineficiencia de los funcionarios la que permite que estos hechos ocurran, los hechos y la perdida de confianza internacional hacia los gestores chilenos es producto de SU incapacidad.

No saben dar seguridad, no saben proteger el arte que albergan, cosa extremadamente significativa en un museo que resguarda el capital simbólico de Chile, pobre pero capital al fin. La reacción posterior de Clara Budnick y de Milan Ivelic no modifica este claro mensaje, su permanencia en los cargos tampoco, la condena publica de la universidad ARCIS hacia el estudiante, el artista y su «arrepentimiento» y las mentiras que inventa para expiar su delito no cambian la señal que ha puesto sobre el quehacer museal en Chile.

La Ley de la Silla fue una intervención relámpago: el artista ingresa en una multitienda (tienda de departamentos) y le regala un piso a una persona que, por normativa de la empresa, no puede utilizarla pero que, por una de las primeras leyes sociales dictada en Chile, tiene derecho a sentarse periódicamente. Habla, por una parte, de la burla de la legalidad que los reglamentos empresariales realizan y que luego son atribuidas a «la falta de fiscalización de las autoridades (estatales)» y no a la intención concertada y económicamente rentable de violar la ley.

La otra parte tiene que ver con su implementación: una incursión mínima, económica, que desata un operativo de seguridad ridículo, desconcertados por este objeto que los invade no saben cómo reaccionar ya que no tienen procedimiento previsto. En estricto rigor un sabotaje: una inhabilitación momentánea por incapacidad (nuevamente).

¿Que podemos esperar del Arterrorismo en Chile?: acciones audaces, profundamente significativas, críticas, donde es la capacidad de lectura de la realidad la que las válida y señala, con la fuerza de la significación, la debilidad. ¿De que modo puede ocurrir? Siguiendo el modelo del terrorismo, la creación de células (colectivos) autónomas coordinadas, de estructura jerárquica horizontal, de intercambiabilidad de funciones, de agrupación esporádica y limitada al cumplimiento de un objetivo.

¿Cómo se puede prever la ocurrencia de estos hechos? Bajo la misma lógica pero con otro modo: aquellos posibles de ser atacados por estas acciones deben poder construir un circulo virtuoso que construya fortalezas conceptuales, sociales, simbólicas mediante la construcción de complicidades. Como aquellas empresas que contratan hackers para saber de sus debilidades de seguridad de sus sistemas, las instituciones (o los asentamientos culturales) deben comprender a estos artistas que hablan de las modificaciones requeridas para una administración eficiente del imaginario (social y artístico).

En resumen: las Acciones de Inteligencia, a pesar de que han sido relacionadas por nuestra historia como asunto militar o como un ejercicio de soplonaje y desarticulación al estilo de La Oficina concertacionista de principios de los 90, son acciones de lectura e intervención activa de la realidad. El Arterrorismo, por acción y/o por reacción, requiere de nosotros Inteligencia.

Jorge Sepúlveda T.
Curador Independiente
Junio de 2006.

P.S: otras posibles obras de Arterrorismo de autores chilenos
Elena y El Pescador de Marco Evaristti, realizada en el MAC Santiago en 2000, consistente en una serie de jugueras con peces vivos en su interior y que daban la posibilidad a los espectadores de triturar los peces.
– Por su preparación, mas que por sus resultado (una acotacion museal), la Intervencion en el MAC de 020606 en junio 2006

5 Responses

  1. Arterrorismo juega con los limites es por eso que aquí en New York después del 11 septiembre y bajo las medidas de seguridad máxima, muchas exposiciones no pudieron realizarse pues el objeto de arte se convertía en sospechoso.

  2. El arte, estimados, es siempre, para cualquier institución que no sea el arte mismo, y a veces también para esta, una cuestión con sesgos de terror. Al menos eso señala mi experiencia. Una vez, ilusa, propuse realizar una instalación fotográfica al interior del Internado Nacional Barros Arana, el director Osvaldo Fuenzalida aceptó la exposición y quería que la realizara en 2 semanas, le expliqué de la dificultad para realizar una exposición en un lugar emblemático como este. Finalmente trabajé en ella varios meses, tanto, que incluso limpie y ordené la piscina temperada con que cuenta el INBA; que está convertida en bodega municipal. Cuando ya se habían mandado a imprimir 400 invitaciones, y a menos de 1 mes de la inauguración, que suponía auspiciadotes, el director, unilateralmente, decidió que la exposición no se realizaba. Ante mi consternación el argumento que me había tomado atribuciones indebidas. A qué se refería?, pues a realizar la investigación y observación propia de un trabajo visual. El quería una exposición fotográfica sobre unos paneles instalados en el hall….

    Eso no es lo único, Utilizo para realizar mis trabajos visuales una cámara fotográfica digital, tengo como modelo la ciudad y con ello hago series de fotografías con un motivo en común. Registré casi un año la construcción de un centro de servicios cerca de mi barrio, al cabo de un año, llegaron carabineros a impedirme que siguiera sacando las fotografías, la farmacia “cruz verde” debía autorizar mi registro. Cosa que no hicieron. Yo me transformé en un posible delincuente. Por supuesto seguí fotografiando el lugar, peor esta vez, bajo ameaza que si me volvían a ver en el lugar , me llevarían detenida sin mediar explicación. Debo hacer notar que esta fotografía la tomo de la vereda de al frente al local. Registro, que por lo demás, pueda que no me sirva de nada.
    Registro otras cosas y mis encuentros con los guardias y carabineros han sido múltiples.
    LLAMO A QUE NADIE SE DETENGA, pues por consejo un juez muy conocido por mi (mi hermano) no hay delito en fotografiar desde la calle.
    Ocurre entonces una paradoja, porque por un lado, me siento invadida de cámaras que me registran, de parlantes que me impiden caminar tranquila por las calles, etc., y yo, por fotografiar vitrinas, soy una amenaza.
    Si tuviera el pelo pincho y unos tonos de piel más oscura, mi historia sería aún más ridícula, y estaría muy, mucho, más cargada de anécdotas.

  3. […] En resumen, como he mencionado implícita y explícitamente en estos días (en Estrategia de Arte Luchín y en Arterrorismo en Chile) las soluciones implementadas por el arte chileno contemporáneo intentan enfrentar 3 grandes problemas: Efectividad + Visibilidad + Lugar. […]

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