Durante la mañana tuvimos un conversatorio bajo un exquisito sol que nos acompañó mientras iniciamos la conversación recordando los portafolios que presentamos días antes. Recordamos temas que nos unían a todos en nuestro trabajo como el arte que toma como referente la memoria y la mujer, temas que reafirmamos se mantienen unidos con la pedagogía ya que la conversación derivo de inmediato a eso.
Como enseño/traspaso/comparto mis conocimientos con los otros y que diferencias se producen al realizar esta acción en la escuela o en la universidad o bien en espacios no formales como talleres, clínicas entre otras.
Luego de la conversación en donde una vez más llegamos al mismo problema de que tan importante es el arte, que es el arte contemporáneo, que es la pedagogía contemporánea, y más bla bla bla repetido, pero no menos interesante, dos residentes nos dieron cuadernos a cada uno para realizar “El club del cuaderno internacional”, una bella iniciativa impulsada por una de las residentes argentinas, en donde cada uno de nosotros tiene su cuaderno y todos intervenimos con dibujos o cualquier creación sobre él… Momento de creación sublime interrumpida por el almuerzo y una visita al Museo Caraffa que nos dejó un gusto bastante amargo a la mayoría por diversos motivos que van desde la curatoría del museo, la utilización de su espacio, la investigación alejada de la pedagogía y tantas otras cosas….. Todo este malestar se vio recompensado al volver al hostel y organizar un momento de trabajo comunitario en los cuadernos, ver a todos trabajar con ganas y entusiasmo como niños con lápices nuevos fue gratificante. El grupo cada día se une más, la energía que se respira en el ambiente permite relajarse y compartir hasta el punto de terminar hablando portugués al final de la noche.