mapa utilizado por Jorge Sepúlveda T. y
Paula Massarutti en la visita a la Bienal.
Este Artículo forma parte
del especial sobre la
Bienal de Sao Paulo 2008
Con el Mapa de las Artes abierto en la mesa de un lanchonete de Jardim Paulista comemos pollo con arroz, frijoles y ensalada y organizamos un calendario de los lugares que vamos a visitar. El miércoles vamos a la Pinacoteca de Sao Paulo y a la Paralela.
La Paralela es una exposición colectiva que se realiza en el galpón del Liceu de Artes y Oficios (que es efectivamente un Liceo pedagógico) con la curaduría de Rodrigo Moura y Julia Rebouças durante el periodo que dura la Bienal de Sao Paulo.
Esta exposición reúne las obras de 61 artistas, proporcionadas por 11 galerías comerciales, organizados bajo el titulo «de cerca y de lejos», rescatado del libro de entrevistas de Claude Levi-Strauss realizadas por Didier Eribon. «no es una apropiación del concepto, si no una aproximación de un método y de algunos géneros: aquellos de la investigación de campo y del desenvolvimiento de ellos en la entrevista concedida por este (Levi-Strauss) a Eribon», señala el texto del folleto.
Se plantea como «una muestra que reflexione sobre la creciente producción de arte brasileño en el exterior, buscando el dialogo entre diferentes modos de producción bajo nuevas condiciones de circulación». Una cuestión propia de las industrias culturales. Este objetivo está plenamente logrado con la inclusión de obras cualitativamente superiores y en un formato de exposición curatoriada que se aleja del formato feria de arte, aunque actúa con la complicidad de las galerías.
Propuse en el articulo La Bienal de Buenos Aires :: instituciones complementarias la relación entre South Limit (organizado por ARTEBA) y la Bienal de Sao Paulo como una operación de equilibrio entre intereses económicos y simbólicos, en los que se complementan sus funciones para el cumplimiento de objetivos solo a veces coincidentes.
La relación entre la Paralela y la Bienal puede considerarse también como una complementación equilibrada en la que, a diferencia del binomio South Limit – Bienal, es menos reconocible la relación entre artista propuesto – galería que lo representa. Esto actúa en favor de articulación de la exposición como conjunto al proponer un modelo más alejado del formato feria de arte y su distribución en stands.
Este año, y por las características de la propuesta curatorial de la Bienal, esta exposición paralela se muestra aun más relevante. Conversaba esto con nuestros anfitriones paulistas Mariana, Milena y André (del colectivo EIA) intentando dilucidar cuales serian los cuestionamientos atingentes y cuales las exigencias desmedidas que se le pueden realizar a la bienal.
Proponía que había que separar aquellas pretensiones relativas a la producción discursiva en el arte y aquellas relativas a la producción artística de manera de no pedirle peras al olmo y realizar una evaluación de eficiencias y logros de acuerdo a las pretensiones y objetivos construidos desde cada iniciativa.
Es decir, en vez de evaluar desde una estructura de valores externa (y probablemente construida a la medida de nuestros valores) hacer una revisión del cumplimiento de objetivos y procedimientos de cada iniciativa en relación a sí misma.
(Una de las trampas comunes de las aproximaciones éticas a los hechos es que no comprenden ni hacen justicia a otras jerarquías valóricas provenientes de otros modos de hacer y pensar, de otras concepciones del mundo).
Por otra parte, ante los juicios de valor actuemos con sospecha y metodológicamente: hay que evaluar efectivamente lo enunciado pero también el lugar desde donde son enunciados y los intereses que representan.
Entonces, un sistema de arte constituido, como el de Sao Paulo o Buenos Aires, está compuesto por múltiples actores organizados de acuerdo a una división social del trabajo, donde cada agente cultural se asigna a si mismo sus responsabilidad y deberes, y donde todos en conjunto dependen de las capacidades y estrategias efectivas de los otros.
Digámoslo así: no todos debemos hacer lo mismo porque esa unificación de objetivos atenta contra las individualidades y la riqueza conceptual del entorno. El plan maestro de un sistema de arte debe ser un esquema de áreas de trabajo y de relaciones posibles entre sujetos móviles.
Por eso al analizar las impresiones recopiladas entiendo que los agentes de la cultura saben que la modificación del modelo de Bienal modifica su utilización efectiva para las carreras de los artistas. En términos simples: ¿Qué significa anotar en el curriculum la participación en una bienal de este tipo? ¿Es una consagración o una puesta en duda que cuestiona la obra producida?.
Ya sabemos que los discursos son una cuestión de poder, ejercen el poder. Hay que entender cuál es la negociación colectiva que está siendo cuestionada cuando se revisan los discursos de arte y, por extensión, la posición de los agentes culturales. La cuestión entonces se transforma en cómo consideramos la posición de las contrapartes en un esquema de administración y uso del poder.
Uso la hipótesis de los equilibrios complementarios para constatar la interdependencia de las instituciones, las iniciativas para-institucionales (llamadas también iniciativas independientes) y los agentes culturales (artistas, gestores, curadores y un largo etcétera) que actúa como un diagrama de relaciones móviles disponible para ser cartografiado.
Pero también hay que reconocer que el levantamiento de estas cartografías actúan modificándolas: de lo que se dice se aprende, la lectura crítica del modelo genera una experiencia que permite reevaluar las estrategias.
Una cuestión de método. Esto es comparable a la relación que existe en los 3 tipos de planos que están en las estaciones del tren subterráneo (metro o subte): los hay Referenciales, Geográficos y de Entorno.
El primero es esquemático y solamente indica el orden y numero de las estaciones, el segundo da la idea de ubicación espacial, distancias y recorridos, el tercero muestra un relevamiento, un catastro adjetivado, incluyendo los puntos de interés referenciales (políticos, económicos, culturales).
Los Sistemas de Arte, como las obras de arte, deben ser observadas (como indica la Paralela) alternativamente de cerca y de lejos para poder contemplar el conjunto y el detalle. Evitando así que el árbol oculte el bosque y permitiéndonos saber cual árbol es el que buscamos y para qué.
Jorge Sepúlveda T.
Curador Independiente
Sao Paulo, noviembre de 2008
[1] Estoy realizandouna revisión de esas hipótesis en un artículo que publicare la próxima semana, incluyendo información que he recopilado sobre las decisiones de las galerías paulistas y argentinas referentes a la Bienal, Arteba y la feria SP.
2 Responses
SALUDOS ,ESTOY MUY ENTERADO DE LA BIENAL DE ARTE DE SAO PAULO,ES IMPORTANTE QUE ESTE TIPO DE MACRO-EVENTOS SE PUEDAN DIFUNDIR EL LATINOAMERICA. Y TODO EL MUNDO.COMPRENDO EL CONCEPTO DE ARTE EN LATIAMERICA, LOS CONCEPTOS MULTICULTURALES ,LAS ESTIAS ,LOS IDIOMAS ,LOS DISEÑOS ,LOS COLORES,EL PAISAJE… LA CREACION DE EL MISMO HOMBRE EN LAS AMERICAS .ME AGRADARIA ENCONTRAR UNA GALERIA EN LA WEB,CON IMAGENES DE LA BIENAL ,DE LAS OBRAS EXPUESTAS….ETC,ETC,DESDE CHILE ,AL SUR DE EL MUNDO / HUDO PARDO M /ARITSTA CREATIVO -ESCULTOR.
Este artÃculo me interesó mucho considerando que transitamos un momento histórico
particular, en el cual es necesario tener una actitud receptiva y de profunda reflexión,
ante la diversificación de producciones de arte en número y expresividad.
Como consecuencia es inteligente pensar que no podemos continuar manejándo-nos con escalas de valores y discursos de otras épocas. La Bienal de Sao Paulo 2008 se relaciona y complementa con la Paralela. Esta última ha adquirido un valor relevan-te. Las obras de los 61 expositores no serán evaluadas dentro de un marco teórico narrativo de cánones rÃgidos sino que los Curadores en esta ocasión deberán ser muy realistas y ponerse en el lugar de los productores de arte. Ampliarán el umbral de valores a considerar para valorar una obra, teniendo en cuenta que los artistas de hoy, responden a un sistema económico donde existe la división del trabajo y donde se dan bordes de posibilidades (económicos, de formación, de inclusión, marginación, etc.) que configuran una movilidad social que determina un cierta expresión en las representaciones artÃsticas (que no es más que el resultado de la internalización inconciente de «un lenguaje de poder») Los Curadores para evaluar las obras deberán atender una serie de variables que antes no consideraban tales como; de donde provienen los autores, como se relacionan con el medio, cuál es la intuición que vuelcan en la obra para acercarse a la gente, el pueblo; cuales son los razonamientos que aplicaron para ser coherentes a «su circunstancia social». De este modo se insertan en la historia, por ende crean memoria y afirman su identidad.
«Asà las obras de arte podrán ser apreciadas de cerca y de lejos, para poder contem-plar el detalle y de que modo se insertan al conjunto», al contexto del cual emergen.