La Historia de Chile (relatada publicamente por las acciones culturales)

Incendio Diego Portales
fotografía: Enrique Rivera

 

Cuatro hechos aislados, convenientemente hilvanados, pueden dar la apariencia de constituir la realidad. Sin embargo pretendo ahora mostrarlos únicamente como un síndrome, es decir, como un conjunto de síntomas que permiten dar un diagnostico de lo que está ocurriendo sin entrar a explicar cuales son sus causas y, asi, evitar relatar el circulo vicioso de la identidad nacional y el imaginario social.

1.- Parte del Edificio Diego Portales se ha derrumbado ayer producto de un incendio fortuito. Simbólicos aquellos que hoy dia han hecho circular el juicio que la institucionalidad se derrumba por falta de mantenimiento. Admitirlo como verdad sería darle demasiado peso a un hecho que aún está por comprobarse.

Pero veamos los hechos: Este edificio fue construido por el Estado de Chile durante el gobierno de Salvador Allende para la realización de la UNCTAD en 1972, luego sería utilizado como Centro Cultural Metropolitano Gabriela Mistral, luego del Golpe de Estado (y bombardeada La Moneda) funcionó como Sede del Poder Ejecutivo y Legislativo, luego su torre principal como Ministerio de Defensa (hasta la fecha) y el sector Alameda como Centro de Convenciones.

Está suficientemente documentado cómo se borró en 1973 del Edificio todo vestigio del Centro Cultural, obras donadas por artistas chilenos fueron destruidas, robadas, pintadas encima con pintura de color popularmente conocido como «plomo milico» y cubiertas con cortinajes pesados y gigantescos. Sucesivas administraciones de la infraestructura (militares y luego democráticas) fueron convirtiendo el sector actualmente derrumbado en un Centro de Convenciones. En resumen: Anulación de la Historia por Cambio de Giro.

2.- hace algunas semanas el escándalo veraniego trasladó su punto de atención hacia un lugar nuevo y novedoso: el Centro Cultural La Moneda. Luego de su inauguración logró permanecer una semana más debido a la «omisión» del General (R) y ex-Presidente de Chile Augusto Pinochet Ugarte en una serie de postales que se pusieron a la venta en la tienda de souvenirs del Centro Cultural, que incluían a Salvador Allende, Patricio Aylwin, Eduardo Frei Hijo, Ricardo Lagos y Michelle Bachelet (aun no en ejercicio). Onírica venganza de quienes aún están dolidos del bombardeo que mencionamos en párrafos anteriores.

Pero no fue esa la explicación oficial: El Señor Pinochet fue olvidado en algún rincón del Centro Cultural que entre sus pretensiones tiene construir un Centro de Documentación y solventar un espacio más de cultura para los ciudadanos. Bastaría haber dicho «Serie de postales de Presidentes de Chile democráticamente elegidos» y el problema habría estado resuelto, o, si el interés era mantener el título, haber agregado a Pinochet en la serie de postales.

Es decir: Anulación de la Historia por Omisión.

3.- Si usted sale a las, aún no terminadas, remodelaciones que se realizan a las plazas que están por el lado de la Alameda Bernardo O’Higgins verá que la Plaza que cerraba por el norte el Paseo Bulnes con una pirámide de piedra con la estatua ecuestre del Padre de la Patria O’Higgins se dará cuenta que la estatua ha sido trasladada (hacia la izquierda si miramos de norte a sur), bajada de altura y la «Llama de la Libertad» ha sido devuelta a sus legítimos propietarios: La Escuela Militar.

La redistribución del espacio público ha perdido la geometría que ostentaba. ¡Falta una estatua al lado derecho! ¿La estatua de quién? elija usted: la de Carrera o la de Manuel Rodríguez. Es decir: Anulación de la Historia por traslado y ausencia.

4.- todos estos hechos, azarosos y aparentemente aislados, me hicieron recordar una anécdota que ocurrió mientras montaba una obra en el hall del Museo Nacional de Historia Natural. La persona que actuó como funcionario de enlace con el museo me señaló, al indicarnos el lugar que ocuparíamos lo siguiente: «por favor tapen, con la instalación, esa placa». La placa dice «remodelada durante el gobierno de Augusto Pinochet Ugarte». Las razones que esgrimió fueron las siguientes: fue la única vez que Pinochet visitó ese Museo y, según sus palabras, la única vez que demostró preocupación por él.

Mi propuesta fue en sentido inverso: en vez de tapar la placa ¿por que no coloca otra placa, justo abajo, que indique lo que usted me dice?. No se puede o no se quiere, es decir: Anulación de la Historia por Ocultamiento.

Conclusión: Yo no creo en las teorías conspirativas ni estoy dispuesto a defender las políticas culturales del Gobierno de Pinochet, si es que las hubo, pero estas cuatro noticias seleccionadas me dan un indicio, como decía en un principio, de la existencia de una serie de decisiones que, concatenadas, dan una clara muestra de la transversalidad de nuestro tratamiento de la Historia. Decisiones tomadas por funcionarios o personas comunes y corrientes que en su grado de decisión repiten y construyen una Historia que no es relectura, apropiación ni puesta en perspectiva. Es simplemente una anulación.

Como sabemos no hemos podido construir un arte para ilustrar la/nuestra Historia, no nos interesa, los historiografos del arte deben ser de los agentes culturales (y sociales) menos escuchados de nuestra sociedad, entonces el proceso de aprendizaje de la Historia a través de las intervenciones culturales públicas queda definida por quienes, desde el sentido común y la cultura general, aprenden que todo se puede cambiar, borrar, trasladar, tapar o anular, generando así la sensación de que la Historia es innecesaria para todos y para todo, incluido la mentada identidad cultural y el imaginario social desprovisto/empobrecido nuevamente de hitos y referentes.

Jorge Sepúlveda T.
Curador Independiente
Santiago de Chile, Marzo 2006

P.S. mientras escribía esta columna recordé la anécdota del Faraón Egipcio que mandó a borrar las caras y los nombres de los faraones que lo precedieron. La Arqueología nos ha permitido saber que existieron pero apenas sabemos su número: sin cara, sin imagen y sin nombre, innominables.

Recomendamos leer:

30 años de políticas culturales: Los legados del autoritarismo. Rodrigo A. Henríquez Moya, Sepiensa.cl
Crisis de Mantención de la Memoria Edificada, Justo Pastor Mellado. 07 de marzo 2006

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Obras

6 Responses

  1. El edificio, la tarjeta, la estatua, el museo: cuatro marcos institucionales de intervención discursiva. Cada uno es síntoma de la ilustración de la historia. Hay que leer su sentido en las omisiones y en los derrumbes que pone en escena. La conexión de estos cuatro encuadres me parece de gran utilidad para el análisis de la «movilidad social» de los propios signos de la política.

  2. […] No, Diego Portales is not living person. This Chilean building has a lot of historic memory in it walls. Since democracy arrived in our lives, in 1998, this building had been used as the central base for counting votes and for announcing the official results of the vote. A branch is occupied by the Defence Ministry. Before that, in 1972, the president Salvador Allende declared it a Cultural Centre, and in 1973, after the coy , it became the base for Pinochet administration. Jorge Pérez explains this and other details in his blog (ES) , that are necessary to understand the historic value of this building. […]

  3. […] Encontré una frase el otro día en un artículo en internet (que lamentablemente no anoté): los nietos se confabulan con los abuelos para vencer a los padres. Pero el arte chileno no tiene abuelos, por que no tenemos historia, por que a su vez nuestros padres tampoco la tuvieron (y sus esfuerzos los pusieron en ser el comienzo de la historia) y asi hacia atrás hasta el Huacho Riquelme tambien llamado Bernardo O’Higgins, Padre de la Patria. […]

  4. […] Mi tesis es que ocurrirá un nuevo inicio de un ciclo: El centro de atención sobre políticas culturales se trasladará a las nuevas instalaciones, como antes lo hizo a Matucana 100 y luego al Centro Cultural Palacio La Moneda, cargando todo su presupuesto, toda la corte y toda su carga simbólica. Y luego se trasladará nuevamente dejando su estela de edificios sin mantenimiento ni presupuesto para actividades, sueldos de artistas y esas nimiedades. Para que un incendio incentive un cambio de giro (como lo hizo con este edificio). […]

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