huachos e indigentes: filiación, casa y endogamia.

Estoy trabajando en un texto (al que provisoriamente he llamado «la metáfora como herramienta del texto curatorial») pero el haber asistido a la inauguración de la exposición colectiva BASTARDOS en la Galería Ojo de Buey (Instituto Arcos) me obliga a adelantar algunas apreciaciones.

En resumen el articulo dice que los curadores y los teóricos del arte usan, a modo de contenedor, metáforas que organizan su lectura de obras, sus diagramas. Es decir, recurren a ellas para un forzamiento del sentido, para inducir una obligatoriedad de la interpretación y permitirse una posible/deseable delimitación del objeto de estudio. Finalmente usan la metáfora por que es un salvavidas del texto: siempre puede ser releido y reinterpretado de acuerdo a las variaciones propias de sus discursos curatoriales.

Pero el problema a tratar acá es otro, hay tres metáforas circulando que son de especial eficacia para el análisis del arte chileno: la filiación, el problema de la casa y la endogamia. Están suficientemente descritas, tienen sus defensores y obras que se explican en ellas. Ahora bien, mi interés es hablar de las consecuencias que esas metáforas han tenido para la realizacion de obras paralelas, opositoras o reaccionarias a ese ordenamiento. Estas metáforas, incluidas en proposiciones de análisis, han tenido un efecto que las excede: se han convertido rapidamente, a veces a la rápida, en parte de la imaginación que los artistas tienen de sí mismos y de la influencia y lugar que las obras tienen.

¿Cómo ha ocurrido este proceso? los artistas que leen y aquellos que se dejan llevar por las reproducciones murmuradas de las teorías ven con ojos desconfiados cuando se señala que sus urgencias e incertidumbres, convertidas en obras u objetos de arte, pueden ser colocadas en un lugar que las explica. La metáfora les está diciendo que su obra era inevitable y, más aún, que es la consecuencia lógica del desarrollo temático y formal de las obras que las preceden, lo que produce una reacción (frustración o rebelión) o un acostumbramiento a esa condición.

Por eso la filiación funciona tan bien: incluso la metáfora enunciada adquiere la notoriedad, autoridad y figura del Padre. Y la casa (del padre) deja de ser un refugio para la obra y debe empezar a construir su propia casa, aunque muchas veces a imagen y semejanza de la casa que abandonan.

Las obras (y los artistas) desearían entonces poder elegir a su Padre y su Casa: por ello eligen padres teóricos y padres técnicos… por otra parte seleccionan las casas donde alojar sus obras y terminan sus obras hablando de esto. Pero tener padre y casa exige restringir la autonomía y se produce la vieja negociación entre libertad y estabilidad.

Los ultimos 5 años pasan desde Hoffman’s House a los indigentes de Máximo Corvalán, de las Performances de Leppe en Museos y Galerías a A LA LIFE: esto implica un traslado pero también una renuncia. Las condiciones, reconocimientos, permisos y contraseñas que se requieren para hacerse aceptar por un padre rígido y sobre-reglamentado han hecho que los artistas deseen ser huerfanos.

El «yo soy mi padre» ya no es una interlocución que espera respuesta o análisis, ahora es una constatación de los hechos: haber nacido de sí mismo, desearlo con tanta fuerza que sea la única explicación posible. La Independencia de la obra y del accionar del artista requiere la autoafirmación (en sus aciertos y sus errores) lo que muchas veces implica matar al padre y comérselo.

Encontré una frase el otro día en un artículo en internet (De arco a ARCO: La muestra chilena de Arco en http://trancearquitectonico.blogspot.com/): los nietos se confabulan con los abuelos para vencer a los padres. Pero el arte chileno no tiene abuelos, por que no tenemos historia, por que a su vez nuestros padres tampoco la tuvieron (y sus esfuerzos los pusieron en ser el comienzo de la historia) y asi hacia atrás hasta el Huacho Riquelme tambien llamado Bernardo O’Higgins, Padre de la Patria.

La Metáfora de la Filiación es peligrosa si seguimos pervirtiéndola: el huacho surge del deseo que no sabe/no puede contenerse, del descuido en la programación de las fechas o en la violación. ¿De cuál de estas posibilidades surgieron los Bastardos, los indigentes, los interventores urbanos, etc.?.

Por otra parte tampoco son en los artistas opciones puras o conscientemente construidas: los artistas coquetean con sus predecesores, con las autoridades, con los maestros de otros. Construyen sus propias casas, okupan las de otros, adaptan o se hacen allegados de las de sus padres. Se desproveen de sus privilegios como si su origen burgués (accesorio, ilustrativo) pudiera ocultarse/negarse en el ascetismo, lo ermitaño o convirtiéndose en franciscanos. Juguetean con los privilegios que han obtenido, con las carreras que podrían hacerse, se dejan amar y se hacen odiar. En la construcción de su lugar en la marginalización se van convirtiendo de Enfant Terrible en Ancient Terrible. Todo esto mezclado en un desamparo que es causa, consecuencia y contingencia del quehacer artístico y de las negociaciones políticas, simbólicas, etc.

Para terminar, es un divertido ejercicio mirar obras y artistas y tratar de saber si corresponden a categorías tales como hijo de tigre, pollerudo, gato de chalet / gato de campo, oveja negra, rebelde sin causahuérfano, etc.

Jorge Sepúlveda T.
Curador Independiente
Santiago de Chile, Marzo 2006

P.S. recuerdo ahora la frase de Justo Pastor Mellado «declararon la muerte de la pintura y con la animita que construyeron se hizo la primera instalación».

P.S.2 la forma en que circulan por las casas (galerías, calles, instituciones, fondos, etc), la forma en que cambian, si es que pueden, o mantienen el prestigio de clase los artistas también es una forma de Movilidad Social donde todo está hecho y previsto para el slogan Stay in the place were you are.

No responses yet

  1. Vamos viendo otra vez, el hecho claro es la metáfora de la Escuela de Arte, esa sí que es METAFORA, META FORADO, porque el problema es simplemente la ocupación no meramente simbólica que hicieron algunos catedráticos y académicos con la repatriación de la U. de Chile. Se acampó sobre el territorio la matanza de artista, y el matonaje patronal de viejo cuño de los Maestros de Escuela, violadores de sueños, consumistas de espíritus, etc.

    No exageremos, grandes maestros hay, pero estos son de una irresponsabilidad enorme algo así como Padres lanzando semen y deshaciendose de las crías… Ahora, el hecho es que las crías son sospechosas, porque insistimos, la NO METAFORA de la escena es su encierro, esta especie de Pieza Oscura, acaso se olvidan de Lihn. Es el aire pesado, a cadáver exquisito el que acampa en estas piezas oscuras que son las Escuelas de Arte.

    Uno pasa por la Escuela de Arte como parte de la representación socio-simbólica que exige la contemporaneidad del capitalismo tardío o el capitalismo postatentados. Pero para hacer arte, y esta es la pregunta que les da miedo a los que comen de los matriculados, es si para hacer arte ES NECESARIO participar de los discursos de la endogamia, la casa, el padre? no será que sin casa, sin padre ni madre, sin clase que genere la endogamia (porque la escena es clasista, arribista, aspiracional, racista!!!!), el ARTE va a empezar a suceder al ladito del arte tradicionalista de corte protoaristocraticista con corazón de plutocrático bañadito sólo bañadito de votante democrático??? Porque , este es el punto: NO SE NECESITAN PADRES NI CASAS NI CLASES para producir arte y moverlo, y ser artista. Al menos ni estos padres, ni esta casa, ni esta clase.

    En medio de desfiles antiglobalización, de proyectos que desconfiguran y reconfiguran límites en todos sentidos, capitalistas tardíos o no, posmos o no, la clase tradicionalista chilena hace mínimos realitis. Más que casas, padres o clases lo que hay aquí son expertos SEPULTUREROS.

  2. Me pregunto si la descripción por medio de aquellas metáforas no dará cuenta precisamente de la pasividad con que se reproce toda una serie de estructuras legitimantes frente a las cuales los huerfanos sin casa no pueden sino mostrar una disposición a apropiarse, y ser apropiados, sin roce alguno. Ante un panorama de orfandad y desamparo, sin duda es posible pensar en las gestiones independientes como alternativa, mas pregunto: ¿podrán ellas en su proceso de institución, dar con una consistencia que combine legitimación y deslegitimación, y que por ello se salve del olvido de los gestos instituyentes, olvido que estaría predispuesto por el imaginario de la inestabilidad precedente?

  3. …un valle de sepultureros donde los muertos justifican la existencia de estos, que los hay, el punto es que: (como alguien dice: comillas)la «remora» (cierre comillas)de la crítica chilena nunca se ha permitido una de sus funciones más esperables, esto es; enterrar a las hordas de pseudo creadores, que acaso sean los merecedores por defecto de la matanza, los eternos grupos de cuasi-pintores cuyos únicos méritos radican en los nombres que usan en sus listados de profesores de taller,las millares de escuelas privadas de arte guiadas por cuasi artistas, generando a su vez oleadas de candidatos a fundar sus propias escuelas, para generar así,emuladores de tercera generación. Con sus componentes sociales correspondientes, su «fuero» social mas bien, esa montaña de especulación (sobre todo comercial, ya que una obra de ellos vale más aún que una de las generaciones de artistas que alimentan de verdad dichas rémoras que encarnan los críticos en la mar chilena).Esto es que,pareciera, agradeciendo el alimento, las rémoras centran su interés en descalificar o calificar (comillas) «desinteresadamente» (cierre comillas)a ésta, diría napa emergente de artistas, que a pesar del sangramiento, de los desafueros sociales, del llamado «pago de Chile» ,mantiene , la mayoría de las veces, a pesar de sí misma, la creación (como le llaman algunos, anti-histórica) de obras pintadas.
    La aparición de una cantidad increible de galerías virtuales, donde encuentran casa, toda aquella obra, que en su calidad de supuesta contribuyente a la gimnasia estética chilena, son elevadas, sobre todo en sus precios, a la categoría de imprescindible, sin que nuestra rémora repare en ellas, al contrario, en su supuesto silencio o ceguera, alienta o acredita por ello, este ejercicio, que como va, inundará con su ofertón, liquidación y garantía, los muros chilenos. Y una nota más, la supuesta promesa de nuestra rémora de que existe una identidad propia para todos nosotros, que ellos nos la ayudarán a encontrar, que a pesar de nuestros ya tipificados hasta el colmo, razgos de horfandad, estos, podrán ser enumerados, combatidos y superados. Y ya llegó al año mil y no se abrieron los cielos y bajó la luz, y el dos mil y tampoco se abrieron los anales de nuestra supuesta única identidad y no fuímos salvados, solo la extensión de un ismo más que definiera nuestra idefinición y con el que como supuesto unguento, debamos soportar otro siglo de…(pienso) …rémoras vaticinadoras.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Abrir chat
hola! ¿sobre qué quieres conversar?
olá! O que você quer conversar?
hello! what do you want to chat about?