Se licitarán las Grandes Alamedas // nadie se va a meter en hueás por Allende.

Es extraño, divertido y simbólico leer el artículo publicado en La Nación Domingo del 16 de Julio de 2006, escrito por Elisa Montesinos, «Se salda una Deuda Histórica«. Veamos algunos párrafos seleccionados (las negritas son mías):

1.- «Tampoco le cuesta bajar al subterráneo para enseñar las huellas del paso de la CNI por la casa. «Aquí estaba el general Gordon«, dice el pintor y enseña los cables de la central telefónica que comunicaba a cientos de agentes en el país y el extranjero. En un gesto bastante contemporáneo decidieron dejar la habitación tal como se encontró. El corazón mismo de la operación Cóndor, que los visitantes podrán apreciar junto a la copia de documentos hallados in situ (hoy en manos del juez Hugo Dolmestch). Entre ellos figuraría un organigrama vital para demostrar la supeditación del organismo represor a Pinochet.

Invisibilidad de la Colección: esta colección siempre se ha mostrado parcialmente, lo que unido a la falta de un catálogo (razonado o tan sólo acumulativo/de registro) y de estudios sobre su calidad, estado. Esta colección de obras es un fantasma, un rumor al que sólo se puede hacer referencia vagamente.

Capital Económico: es sorprendente que en el artículo se hagan menciones tan evidentes a la tasación económica de las obras. Estos argumentos posicionan la colección frente al Mercado del Arte, un mercado del que no participa pero que pretende que lo valide.

Indefinición Programática: los objetos exhibidos no tienen propuesta curatorial, de conservación y de restauración, es una exhibición de enseres rescatados de una casa embargada.

La mayoría de estos fenómenos fueron debidamente señalados durante los últimos 4 años en los textos relativos publicados por Justo Pastor Mellado en sus «escritos de contingencia» dando una asesoría gratuita y pública a la Fundación Allende. Pero, como de costumbre, la capacidad de detectar problemas es comprendida como un obstáculo a la labor de las instituciones [2] .

Claramente los intereses (políticos, históricos, ególatras, etc.) no consideran en la planificación de sus acciones más que las consecuencias que pretenden. Las otras consecuencias, las simbólicas y que afectan al imaginario, no generan el rendimiento requerido para las negociaciones [3] .

Los débiles gestos que se están realizando son versiones empobrecidas del romanticismo alemán, casi con una poesía de colegial que se supone enamorado y que apenas se la puede con los lugares comunes. Estos gestos deben ser leídos con más rudeza y menos autocomplacencia.

Una Casa de la CNI: la refuncionalización pretendida del edificio de Av. República pretende limpiar de la memoria un lugar ya definitivamente marcado. ¿No podría ser esta casa un Museo de la Represión más que un Museo de la Solidaridad?. ¿No podríamos ver en esta okupación similitudes con una operación de inteligencia que secuestra, administra la libertad, restringe el ejercicio de la memoria? [4] .

Las Viudas, Los Hijos, La Herencia: un gobierno usurpado por un golpe de estado perdió, además de sus privilegios en el poder, la seguridad de su legado. Los descendientes, como en toda liquidación de los intereses familiares, no supieron/quisieron leer el testamento. Aserrucharon los muebles pues tenían derecho, souvenirs (que también se exponen en este museo) y no en lineamiento de una disposición de estos para una lectura de símbolos y escritura de una acción cultural propositiva. administran mal el legado/mensaje/pretensiones y lo convirtieron en propiedad de objetos/

Reconstitución de un periodo para levantar un referente: ante la debilidad de los diagramas del Arte Chileno Contemporáneo de los 90´s [5] , evitando el discurso predominante (y excluyente) del C.A.D.A. que llena y vuelve unívocos los 80´s, solo queda recurrir al referente anterior: La Unidad Popular [6] y sus construcciones culturales.

Casi al finalizar tengo una serie de preguntas: ¿Cuál es la deuda histórica que se salda?, ¿es la deuda con el arte chileno contemporáneo que no ha podido acceder a estos circuitos porque carece de fundación o corporación?, ¿es la deuda con el pueblo de Chile, legitimo dueño de esta colección?, ¿es la deuda que se sigue generando por los gobiernos concertacionistas cuando se realizan privatizaciones pinochetistas mediante comodatos a privados [7] hasta de los cimientos de La Moneda (y de la Plaza que da a su puerta)? [8] .

Estimado Lector: cuando visite el museo, vea estos fuegos de artificio, estas consolidaciones políticas y principalmente cuando camine por la calle piense que el Capital Social creado por la Unidad Popular fue crear la posibilidad de que los ciudadanos pudieran entender que la Historia es una concatenación de hechos que nos construyen como ciudadanos y nos justifican como sociedad. La Historia, esa que según los dichos de ese Allende, la construyen los pueblos

Jorge Sepúlveda T.
Curador Independiente
Santiago de Chile, Julio de 2006

Artículos:

Discurso de Inauguración del Museo de la Solidaridad, Salvador Allende. 17 de Mayo de 1972.

El Museo Allende: ¿El último monumento a la utopía?. Miguel Rojas Mix. Santiago, 1994.

Palabras sacan palabras: los efectos político-culturales del velatorio de la payita en el museo de la solidaridad. Justo Pastor Mellado, Noviembre 2002.

Notas sobre la Identidad Plástica Chilena. Justo Pastor Mellado, Noviembre 2002 .

La Donación de la Diputada Isabel Allende. Justo Pastor Mellado, Mayo 2003.

La Fundación Allende se propone secuestrar la colección del Museo Salvador Allende (2). Justo Pastor Mellado, Agosto 2004.

El Peor negocio de Isabel Allende (1). Justo Pastor Mellado, Diciembre 2004.

El Peor negocio de Isabel Allende (2). Justo Pastor Mellado, Diciembre 2004.

La Deslegitimación Institucional del Museo de la Solidaridad. Justo Pastor Mellado, Diciembre 2004.

El Museo de la Solidaridad y El Mercurio. Justo Pastor Mellado, Diciembre 2004.

Un Museo, Una Contrabienal y un Proyecto Cibernético. Justo Pastor Mellado, Marzo 2006.

Se salda una deuda histórica, Elisa Montesinos. La Nación, 16 de Julio de 2006.

NOTAS

[1] desde su ubicación inicial en UNCTAD y Quinta Normal hacía los talleres y bodegas donde se escondieron las obras (incluyendo las bodegas de la Universidad de Chile) luego a la sede del Museo en la calle Herrera y ahora a la Av. República.

[2] Dan Cameron, en una charla organizada por INCUBO, señaló que «los artistas deben olvidar que las instituciones se preocupan del Arte, su preocupación principal es su propia continuidad».

[3] Leí la semana pasada, en un lugar que no recuerdo, lo siguiente: «muchas veces obtener beneficios a corto plazo complotan contra los beneficios a largo plazo»

[4] Mencioné en un articulo publicado meses atrás la anécdota de la placa recordatoria de la única visita de Augusto Pinochet al Museo de Historia Natural en la Quinta Normal, la pequeña placa pesa tanto aún simbólicamente que el encargado del Museo nos pidió ocultarla/borrarla con la instalación que estábamos realizando.

[5] Exceptuando quizás la exposición recopilatoria Transformer, realizada en Matucana 100.

[6] Como la obra de Mario Navarro presentada en Efecto Downey (Telefónica, Buenos Aires, 2006) y la investigación que está realizando Enrique Rivera y Catalina Ossa, ambas constituyen relecturas desde el Arte, la Tecnología y la Política de Cybersin.

[7] Si tiene tiempo tómese la molestia de comparar los directorios de las Fundaciones Matucana 100 y Centro Cultural Palacio La Moneda y los entretejidos sociales y genéticos que se han implementado.

[8] Uno de los rayados durante el reciente movimiento estudiantil decía:»BACHELET, discurso para los pobres, gobierno para los ricos».

Capital Político: desde los tiempos de su formación esta colección ha presentado como un aval político que, con el tiempo, ha ido variando de sentido. Esta colección es un rehén de la política comunicacional de una parte de la izquierda.

Conflicto de Propiedad: las obras que fueron donadas «al pueblo de Chile» pasaron a ser propiedad de la Familia Allende, luego de la Fundación, luego utilizadas como moneda de cambio en la negociación con el Estado Chileno, ahora inventario de una Fundación Mixta (estatal-privada). Podríamos decir que las obras han sido constantemente expropiadas.

En resumen, según lo relatado más una rápida lectura de los artículos que salen mencionados al final del artículo, podemos decir que con la re-inauguración del Museo de la Solidaridad en su nueva sede ocurren algunos fenómenos dignos de destacar:

Dislocación: el museo ha sido trasladado ya varias veces [1] lo que da cuenta de la fragilidad de su lugar, tanto material como simbólico. Las obras de la colección no hayan lugar, en la ciudad ni en la historia ni en el imaginario (social ni artístico).

7.- Después vendrán otros pasos. Como el 2008 Salvador Allende cumpliría 100 años, lo comenzarán a celebrar por adelantado con una gran muestra en el Centro Cultural Palacio de La Moneda el 2007 y exposiciones itinerantes en el extranjero.

6.-«Pero ellos tampoco tienen la capacidad de administrar obras de arte», dice. Si bien, siguiendo la sugerencia del Presidente Lagos, se optó por crear una fundación mixta que administre la colección y el museo. Por eso, en la inauguración de este martes 18, la ministra Romy Schmidt, simbólicamente, les devolverá la obra en concesión.

4.- Las (obras) que permanecieron en Chile estaban «botadas» en las bodegas del actual Museo de Arte Contemporáneo (de la Universidad de Chile). Balmes lo vio con sus propios ojos cuando regresó al país.

5.- Tenían claro que debían exhibir y difundir mucho más la obra de que eran depositarios, pero ⻿cómo hacer un catálogo o restaurar una obra?», explica Patricia; «no teníamos capacidad para gestionar un museo de esta envergadura». Entonces decidieron donar la obra al Ministerio de Bienes Nacionales, buscando que el Estado también se involucrara.

3.-Balmes hace memoria y se traslada al año 71, cuando el Gobierno de la Unidad Popular organizó la Operación Verdad «ante la campaña internacional de desprestigio por parte de intereses poderosos».

2.- Posteriormente se llega a la sala del Presidente, una vitrina en la que se exponen en forma minimalista objetos personales, como su billetera con dos cheques, dos piezas del ajedrez que tenía en La Moneda, el estuche de los anteojos, su carné de militante socialista y una capa negra. «Esa capa, Allende la usaba cuando tenía un problema; le gustaba pasearse con ella», relata Nury y reflexiona: «Tan pequeño lo que quedó de él y tan grande su estatura a nivel internacional. ¡Qué contradicción!.