Fondart otra vez // consolidación de los errores y las prácticas perversas del formulario

«Te ha señalado a ti» dice ella-,
«es cierto, me ha señalado a mi»
Fitzcarraldo
este artículo ha sido complementado en
FONDART, la cultura chilena de la Lotería de Babilonia
disponible en ArteyCritica. 23 de marzo de 2007

A ver, ¿quien puede ignorar a un agente cultural que tiene mil y tantos millones de pesos cada año?, bueno, está demostrado que nadie puede. Yo intenté ignorarlo y no he podido, en un gesto minimalista publiqué hace unos días el texto de presentación de los resultados de Fondart que escribió Paulina Urrutia, Ministra Presidenta del Consejo de Cultura, de manera que las diferencias demostraran (sin señalarlas) la distancia entre las pretensiones explicitas y los efectos que sus acciones generan. Gesto demasiado oculto, con poco contraste en un país acostumbrado a los discursos políticos que nadie lee por que todos pasan directamente a ver quien se ganó el raspe.

¿Por que no se puede obviar a Fondart? Nadie puede ignorar a un rico, su dinero puede comprar voluntades políticas (y voluntades artísticas por supuesto: ¡son mas baratas!). A pesar de lo que puede parecer a primera vista yo no estoy en contra de las instituciones dedicadas a la cultura, solo me opongo a aquellas instituciones que no son capaces de leer las consecuencias de cómo actúan aunque se lo griten en su cara: ¿es el Fondart un departamento de inversión en riesgo en el arte? ¿Es el Fondart un sistema de subsidios pervertido que favorece a aquellos que tienen una carrera construida colocándolos a competir con quienes no la tienen? ¿Es el Fondart la forma de financiar un arte estatal?.

Justo Pastor Mellado ha señalado la falacia que constituye el esgrimir al rechazar un proyecto la razón del impacto social como censura encubierta[1] , como una discriminación positiva a obras que no son suficientemente sustentables como para defenderse ellas mismas, que las obligan a inventar/suponer ficciones de impacto social. A nadie le importa la obra, importa la redacción de un proyecto, nuevamente estos símiles de obras de arte, este nuevo género literario convence (por la razón) y no seduce (por la acción).

Otro problema es el que ya adelanté cuando escribí un artículo sobre la noción chilena de industrias culturales: Nadie confirma y da cuenta pública de la realización de las obras financiadas: nadie sabe las consecuencias reales (no las consecuencias previstas) de las obras que se realizan con este financiamiento. ¿Entonces? ¿No es una vergüenza ganarse un Fondart? ¿No es vergonzoso resultar favorecido por un sistema pervertido en mala?.

Volvamos a la cita que abre este artículo, Fitzcarraldo solicita dinero para su proyecto de crear un Teatro de Opera en Iquitos, uno de los ricos que juegan póquer, mientras se ríe dice: «no hay mejor sensación que perder dinero« [2] , actitud humillante del que posee los recursos frente a quien los necesita. Esto nos lleva a la pregunta ¿Por qué, año tras año, las autoridades encargadas de Fondart sólo se dedican a presentar los resultados del concurso y no los resultados de las obras efectivamente realizadas con esos fondos? ¿A nadie le importa eso? ¿Solo importa cuánto se invierte? ¿Hay que dar la impresión que la Cultura es un gasto de un excedente bien dirigido? ¿Hay que parecer un país rico solo en dinero y no en criterio, en cultura, en lectura de la contingencia, en construcción de identidad a través de obras sintéticas?.

El Fondart ha sido sobre-descrito año tras año en sus falencias, en sus efectos nocivos, en el servilismo que exige de los artistas hasta convertirlos en funcionarios, en la limitación de los rangos de creación, en lo restringido de sus capacidades evaluatorias, en su creación de criterios implícitos, en su distancia institucional en la relación de obra/espectador que la vuelve univoca, en su influencia en la consolidación de la endogamia, de la oligocracia oligofrénica, en la uniformación de la relación circuito/institucionalidad/artista.

La pregunta que está detrás de las dudas y resentimientos generadas por Fondart es ¿Qué tipo de Arte Chileno Contemporáneo queremos hacer en Chile?, ¿fuegos artificiales, eventos masivos, conciertos roqueros, películas poperas?. Bueno, puede ser que como sociedad de consumo queramos eso, pero ¿Cuál es la instancia que favorece la experimentación en arte?, ¿Quién financia el riesgo? ¿Quién paga los costos de esas obras que exceden el mero traspaso técnico? ¿Aquellas obras que intentan una apropiación/verificación de sus intentos por parte de los chilenos comunes y corrientes, chilenos de a pata?.

Hay una imagen que requiere más análisis posterior, pero que es suficientemente significativa para entender la forma en que está construido el respeto por el trabajo del artista en Chile. El ejemplo es el Centro de Documentación de Centro Cultural Palacio La Moneda.

¿Saben ustedes que ese fondo se está formando con las donaciones que realizan los artistas bajo la promesa incierta de la inscripción? ¿Que esas obras no se pagan?, ¿Que nadie paga el valor del objeto de arte, el riesgo, el capital, la inversión, la investigación que realizan estos artistas?. Sintomático, si los artistas sólo pueden vivir en Chile vendiendo formularios llenos de fantasías y predicciones (y clases universitarias) mientras el costo del edificio del centro cultural y los costos fijos (sueldos, eventos y costos de mantención) son millonarios. Menuda desproporción pero interesantes prioridades.

Postulo, reciclando la idea de la implementación de las FRAC que propuso Mellado hace varios años atrás: hay que crear un poder comprador de obras en Chile [3], un poder comprador a imagen y semejanza del Poder Comprador de Trigo o Remolacha. El Arte en Chile es una Agricultura ineficiente, necesita asegurar que alguien compre sus productos, no sus promesas.

Que los artistas corran sus riesgos (es parte de su trabajo) pero deben ser retribuidos en función de la tasación comercial/cultural de su obra. Obviamente esta proposición traerá el problema de establecer nuevos mecanismos y criterios, nuevas instituciones, otros comités evaluadores de obras, tasadores y asignadores de fondos. El punto es que debemos considerar la posibilidad de financiar un nuevo arte en Chile, aun a costa de cometer nuevos errores, no de consolidar errores cometidos por más de una década.

Jorge Sepúlveda T.
Curador Independiente
Santiago de Chile, Junio de 2006

Notas:

  • [1] Además de haber levantado el postulado de la Fondartización del Arte Chileno y el Formularismo.
  • [2] Sorprendentemente Fitzcarraldo es financiado finalmente por la regenta de una casa de putas, jajaja, a mi esto me parece muy divertido, aunque espero no se transforme en una profecía autocumplida.
  • [3] ¿Que haremos con esas obras? ¿hacer un coleccionismo público de arte chileno contemporáneo, en los museos, en las calles, en los espacios públicos?

7 Responses

  1. Me quedo con la promesa de la referencia numero 2 ¿ que hay de malo en eso?¿alguna tipo de moral podría sentirse atropellada si la cultura de un país es financiada por el intercambio de jugos entre la clase de poder y la clase que da placer?
    Prefiero eso a tener que llenar un burocratico formulario, o a tener que armar un escudo corporativo alrededor para lograr la confianza del gordo jugador de cartas.
    y si de roles del estado se trata, este debiera crear una plataforma para que quienes se sientan tentados en invertir en cultura puedan hacerlo sin ser sometidos a un «laberintico» escenario de leyes y burocracia. Que el estado no siga malgastando recursos en la «a-creación» de una industria cultural.

  2. […] [2] Las inauguraciones de exposiciones están hechas para esto: para que los artistas se vean entre ellos, con los curadores y productores de exposiciones, con los posibles financiadores de mas inauguraciones de otras exposiciones. [3] Cuando en el articulo Fondart otra vez // consolidación de los errores y las prácticas perversas del formulario hablaba de Fitzcarraldo me figura una figuración epica del señor Corales y del Circo Chamorro: gente enloquecida por su deseo que hace todo (literalmente) para hacer funcionar su sueño. […]

  3. PRIMERO AQUI , LAS COSAS NO VAN A CAMBIAR , ES UN CAMBIO A LARGO PLAZO , 30 AÑOS MINIMO , PARA QUE ESTE PAIS CONSIGA RECURSOS Y CAMBIOS EN LA MANERA DE MIRAR .
    SE QUE NO ES FACIL ASUMIR , ACA SE VA A EXPLOTAR , YA SE ESTA HACIENDO .
    ME DIRIGO A UDS . PARA CONGRATULAR SUS LABORES DE REEDUCAR , DE ASUMIR Y CREAR PENSAMIENTO .
    PENSAR , AUNQUE DUELA , ES LA CLAVE PARA QUIEN DECIDA LLEGAR HASTA NO PENSAR , CREO QUE LO DE LAS ASAMBLEAS ES NECESARIO , PERO QUE SEAN Y MUCHAS VECES CONCRETADAS , CREO QUE SE DEBERIAN DE HACER HASTA EN EL MISMO BELLAS ARTES CON UN PERMISO , ETC .

    APOYO LA LABOR PROVOCADOR PARA DEJAR DE MURMURAR Y LLEGAR A HABLAR LO QUE SE DEBE HABLAR .

    ESTA ES MI HUMILDE OPINION , Y CREO QUE LA ESCRITURA MIENTRAS MAS AL MEOLLO Y SIMPLE SEA , ES MAS PRECISA .

    MJOSE RIOS ARAYA 2006

  4. la verdad, hay un momento en que un artista decide: O la hago, es decir, sigo con mi producción cueste lo que cueste, y cómo sea, y hay otro momento más duro que es cuando dice: ya, me vendo. Este punto se entiende de esta manera: NO VENDE SU OBRA; SE VENDE A SI MISMO; VENDE EL ALMA; VENDE LA CONCIENCIA y termina mintiéndose, vendiéndose a un nivel que supone hacer un arte NO honesto. Mi último proceso se autonomina I SALE MY SELF desde la expo MERCANCIA y los experimentos que vienen. Quien crea en recetas de producción e inscripción está equivocado en generar arte ya que para hacerlo sólo hay que hacerlo, sin más. Y si no tiene plata, haga arte sin plata y ya. ESO: yo hago arte sin plata y no me quejo. Y no vendo el alma, vendo arte.

    Y a la conchetumadre con los culiaos burocráticos, leanse el culo y ya. Nunca les han apedreado la micro, habría que postular al fomndart pidiendo plata pa seguro de cesantía y hacer arte estando cesante, o para tener un hijo, para que paguen el parto, o para tener una cita romántico que paguen el motel, el amor es una obra de arte, el amor social… JAckson Poison es Luis Guerra.

    ver el articulo Mercancia // mi cuerpo es mi plataforma

  5. hacer.
    (Del lat. facĕre)

    1. tr. Producir algo, darle el primer ser

    5. tr. Dar el ser intelectual, formar algo con la imaginación o concebirlo en ella.

    Hacer hasta que duela y callaito……

    Me parece extrañisimo que comentes este artículo con una definición de diccionario. Extrañísimo y Sintomático: precisamente la forma en que recurres para levantar la autoridad sobre una idea (la de hacer) pasa por una delegación de autoridad tuya. ¿me explico?. la definición necesariamente empobrece aquello que nombra por que necesita hacerlo manejable, el hacer en cambio es un desarrollo en el que se van tomando decisiones permanentemente, ¿no te parece contradictorio?.

    Por otra parte «hacer hasta que duela» no significa nada, es un retruecano. El Arte Chileno ya es doloroso (ademas de vergonzoso). Por ultimo «calladito» es algo que no tiene nada que ver con lo que he comentado en un articulo anterior sobre la visibilidad de las obras.

  6. […] NOTAS: [1] entre los artículos en que describo esta situación estan Fondart otra vez // consolidación de los errores y las prácticas perversas del formulario , Simplificar y Complejizar recurrentemente // Efectividad + Visibilidad + Lugar y Industrias Culturales: Estado de Resultados . Como también mi anterior artículo de comparación Chile- Argentina Pan para Mañana :: Arteba y otros sucesos en Buenos Aires. […]

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