La foto que comparto corresponde a una acuarela encontrada en la ventana de una galería (léase “galería”, más adecuadamente conocida como marquería) en el barrio de Las Peñas. Y con los detalles agregados describe bien lo que a partir de hoy es NoMínimo para nosotr@s l@s residentes: vamos subidos en un carro de frente, cada quien portando las dotes de su especie e intereses que trajo consigo desde donde vino. Pero vamos juntos, en el mismo transporte que nos han preparado Jorge, Ilze, Pilar, Eliana, Romina, Ricardo, José María y… espero no se me esté pasando alguien más.
En la galería, después del viaje del centro a Sanborondón (un “barrio de cuicos”, según la expresión que se escuchó en alguno de los traslados), presenciamos el panorama que Pilar Estrada nos ofreció sobre el arte de Guayaquil. La importancia de los salones anuales, la relación directa de obras relevantes respecto a tres ejes, dos de los cuales fueron el medio ambiente y la regeneración urbana de la ciudad y del malecón (muy importantemente). Un poco de la historia de Pilar dentro de los museos de la ciudad y el origen de la galería. Disfruté mucho conocer a mis compañeros residentes, la diversidad que compone este grupo, donde a parecer artistas e investigadores compiten en número, haciendo que las perspectivas se equilibren según temperamentos, criterios, especificidades de visión.
Cecilia nos mostró sus obras de cerámica pero especialmente me atraparon sus trabajos con hombres galleta que fueron comidos en una exposición (con pretendida impunidad para los visitantes) y cuya intervención en el público tuvo un fin algo escatológico. También sus jaleas en cáscara de naranja con un bebé dentro que, al ser comidos, confrontaban al comensal con una imagen relacionada con el aborto. Los interese de investigación de Carolina también me atrajeron mucho, sobre los años setenta en las artes de Chile, los estudios sobre las obras realizadas en el periodo de la dictadura y la historia comparada que busca hacer sobre las artes en Chile y Argentina (y en otras partes de América Latina) durante sistemas totalitarios. En fin, que habrá que ver qué nos cuenta el gallo, lo que nos enseña la rana, cómo canta la urraca, cómo aúlla el mono y las demás “monadas” con que nos confrontarán próximos días el resto de los pasajeros, de este bus particular.
