Uno de los efectos deseables ha ocurrido: Utopías de Bolsillo y la inauguración del Centro Cultural Palacio La Moneda ha abierto públicamente una discusión que comúnmente se realiza en privado, en círculos de amigos.
Los hechos son los siguientes: luego de inaugurada la Bienal del Museo de Bellas Artes (hecho que ya comentamos en un post anterior) Alberto Madrid quedó debilitado frente a la opinión pública al no tener espacio y tribuna suficiente para defender sus postulados frente a las interpretaciones avasalladoras que realizaron los medios de comunicación.
Por otra parte Justo Pastor Mellado aprovechó la euforia por la inauguración del Centro Cultural La Moneda para instalar dos de sus preocupaciones: no existe política internacional de arte chileno y la incapacidad de la institucionalidad de dar cuenta de las obras.
Es ahi donde entran a jugar todos. Mellado decía hace un tiempo atrás que la construcción del Centro Cultural era «un conjunto de salas polivalentes… carentes de definición» sin embargo rentabiliza esta polivalencia, Morgana Rodriguez da una entrevista en La Nación Domingo donde debe justificar su cargo en la anécdota, Alberto Madrid escribe una columna en el Artes y Letras para hablar de lo que ocurre en los alrededores de la Bienal que ha curatoriado, diagnosticando la Endogamia del sistema chileno (summum de la filiación) y recurriendo a la revaloración de los proyectos de autogestión.
Mientras en otro artículo, esta vez de Octavio Crespo, titulado La nueva abundancia de la memoria se equiparan disimiles esfuerzos por la construcción de textos recopilatorios de las artes visuales.
¿Qué es lo que pasa? hay una incapacidad de lectura y de difusión de los postulados que tras una exposición existen. Una exposición es siempre un recado, un recado para los colegas, para la academia, para la institucionalidad. Pero los recados no son leídos, la institucionalidad que financia en el trabajo part-time de los curadores no aprende de estas asesorías, los diagnósticos puertas adentro no encuentran contraparte. Cuando el problema se vuelve teórico no hay quien defienda las decisiones que alberga.
¿Qué tiene que ver todo esto con el arte? – preguntaba una artista hace unos dias – TODO, tiene todo que ver: El arte existe en su visibilidad, en su capacidad de generar reflexión, aunque esté relegada a estas rencillas. El Arte que no se ve no es capaz de generar imágenes que organicen nuestra imaginación del mundo.
Por eso es que cada cierto tiempo surge la pregunta: ¿donde están los que no están en la primera linea de la batalla? ¿donde está Pablo Oyarzún, Sergio Rojas, Guillermo Machuca y el resto?. Están en la invisibilidad del texto universitario de escasa circulación o en la micro-política de reducido alcance.
Jorge Sepúlveda T.
Curador Independiente
Santiago de Chile, Febrero 2006
Recomendamos leer:
– La nueva abundancia de la memoria, Octavio Crespo, El Mercurio, 05 de Febrero.
– El arte de dos hermanos, Macarena García, El Mercurio, 05 de Febrero.
– Visibilidad y legibilidad, Alberto Madrid, El Mercurio, 12 de Febrero 2006.
– La Walkiria de Palacio, La Nación Domingo. 12 de Febrero 2006
– La Bi-anual del Museo, Justo Pastor Mellado. 13 de Febrero 2006.
– ¿Quién le ha ganado a quién?, Justo Pastor Mellado. 13 de Febrero 2006.
– Efecto Kulechov, Justo Pastor Mellado. 13 de Febrero 2006.
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