Y llegaron los grillos
Aquí en Guayaquil las primeras lluvias del año no llegan solas, sino acompañadas de una grande infestación de grillos, que son encontrados por todos los lados en donde haya algún foco luminoso.
Coincidentemente o no, así como los grillos, llegamos nosotros también. Aún que todavía tímidos no provoquemos las mas exageradas y exaltadas reacciones a los ajenos – y entre nosotros mismos, ¿porque no decirlo? – estamos todos en búsqueda de ese foco de luz que calienta nuestras ideas y nos provoca a salir de la confortable cáscara que nos cautiva y experimentar lo que esa vivencia pueda generar.
En medio a todas las incertezas que nos pueda ocurrir en ese período, solamente una cosa es cierta: aquí, solo las lluvias son efímeras.